✿★ ᴀʟᴀꜱᴛᴏʀ ᴍᴏᴍ ᴡᴇᴇᴋ ★✿ (pausada)

Día 3. Lactando

Aclaración: El día es de todas las veces que Alastor ha amamantado a sus 5 hijos :3

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El día que Phenex nació fue el día más feliz para todo el Hotel Hazbin, tras horas incómodas en trabajo de parto, los pecados ahí de metiches, y el rubio llorando, Alastor recibió en brazos a su amado cervatillo, también chillaba como su padre, pero él buscaba el tierno calor de su mamá, y en cuanto lo acurrucó en sus brazos, se tranquilizó casi de inmediato.

Ambos esposos lo miraban con total fascinación, luego Charlie se unió a ellos, soltando un par de lágrimas felices, por fin su hermanito había llegado.

Todos los pecados presentaron sus felicitaciones a la nueva familia, halagando al príncipe recién nacido, tras esto, y hablar por unos cuantos minutos, se retiraron a través de los portales creados por Lucifer, así, sólo ellos 3 están en la cama, admirando al cervatillo respirar con tranquilidad, removiéndose entre el abrazo de Alastor, poco a poco se notaba la inquietud en su cuerpecito.

—¿Luci, que le pasa?— Pregunta el pelirrojo, notando rápidamente el cambio del pequeño, se apegaba a su pecho muy insistente, como si buscara algo.

—Bueno querido... Tiene hambre.— Le dijo en un tono bajito, Alastor no comprendió al principio, pero luego recordó que ahora tenía un busto prominente, lo suficiente para producir la leche necesaria del cervatillo, y para que no llame tanto la atención.

Charlie por su parte, se quedó en silencio, no supo cómo reaccionar, si debía bajarse de la cama, o quedarse ahí; Alastor dudó en si hacer caso, el recién nacido está empeñado en obtener su deseada leche.
Observa a su hijo con una mezcla de sentimientos como temor, nerviosismo, felicidad, al mismo tiempo, su corazón latiendo fuertemente por no saber cómo actuar en el momento.

Respiró y exhaló un par de veces para tranquilizar esos nervios, voltea la cabeza en dirección a su marido, él lo mira confundido.

—Pero, el vestido...— Lucifer reacciona de inmediato, sabiendo que Alastor se refiere a que no puede amamantar al cervatillo debido al vestido de maternidad rojo de manga larga, y cuello cardigan.

—Ah, claro cariño.— Chasquea los dedos, el vestido de Alastor es reemplazado por una bata de seda color vino, y ya que su busto está libre, acerca al bebé hacia su pezón derecho.

Muerde sus labios, una clara señal de que sigue un poco inseguro; mientras tanto, el olfato del cervatillo lo ayudó a entender que estaba pasando, sin dudar acerca su carita y boca a succionar el pezón a su disposición, lleva su manita a reposar ahí mismo, sus deditos se flexionan un poquito sobre el pecho de su mamá, como si quisiera estar mas cerca de él.

Padre e hija admiran la dulce escena con una sonrisa, Alastor abraza a su cervatillo y lo apega a su propio cuerpo con amor, su corazón estaba sufriendo un remolino de emociones que no es capaz de analizar por completo, pero conocer, mirar, y alimentar finalmente a la creacion proveniente de su vientre, es un maravilloso sentimiento.

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El nacimiento de los mellizos fue todo menos hermoso para Alastor, se esperaba un parto como el de Phenex, sin dolores ni contracciones, tranquilo.

Al contrario, hubo muchos gritos de su parte, insultos a Lucifer, casi le arranca un ojo por el dolor que atravesaba y que descargó en él, tras esto, llegó una niña preciosa de cabellitos rubios, tez pálida, mejillas circulares rojizas, ojos idénticos a los de Alastor pero un poco rasgados, y un par de cuernitos de color rojo.

La matrona limpió los rastros de sangre de su cuerpito y luego de revisar que todo estuviera en orden, se la entregó a Lucifer, la pequeña lloraba ruidosamente en busca de su mamá, pero Alastor aún tenía dolorosas contracciones, indicando que el otro bebé no tardaría en nacer; al cabo de dos minutos, llegó el segundo, un niño hermoso con los mismos rasgos físicos de su melliza, la única diferencia era que sus cuernitos son unos centímetros más grandes.