Capítulo 4

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Domingo 07 de julio, 2024

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Domingo 07 de julio, 2024.
Silverstone, Reino Unido.

Abrí mis ojos lentamente encontrándome con el rostro de Lando que descansaba suavemente sobre su almohada. Su expresión era tan relajada, la cicatriz de su nariz aún permanecía ahí. Acaricié levemente su rostro. Sus pestañas aún eran largas y bonitas, y sus rizos estaban algo desordenados, probablemente me pida que los acomode cuando nos levantemos.

—Siempre disfrutas verme dormir, ¿cierto?—abrió uno de sus ojos divertido mientras sonreía levemente.

—A veces no tienes buena pinta.—sonreí al ver su expresión. Me atrajo más hacia él, ignorando mi comentario mientras reía.—Debemos ir a la pista, Lan.—acaricié su cabello lentamente.

—Cinco minutos más, Pey.—susurró escondiendo su rostro en mi cuello.

Golpearon la puerta de mi cuarto y entraron a los pocos segundos al ver que no respondía.

—¿Estás bien, Pey?—su voz inundó la habitación, pero no me giré hacia ella. Simplemente me mantuve en mi posición, mirando las gotas de lluvia golpear la ventana. No estaba con Lando; estaba divagando en mi mente, como si eso me mantuviera a salvo de la realidad. —Bien, no quiero ser grosera. Pero te íbamos a dar un mes de descanso antes de comenzar a trabajar y ya han pasado dos. No voy a permitir que te desmorones de esta forma.—abrió las cortinas del cuarto, permitiendo que la luz iluminará el espacio. —Eres joven y hermosa, pero no puedes dejar de comer y mucho menos de vivir.

—Solo quiero quedarme en casa.—murmuré, cubriéndome por completo con las mantas. Sentí cómo mi cama se hundía a un lado mientras Susie acariciaba mi cabello.

—Sé que es un proceso doloroso y difícil. Pero debes enfrentarlo. Por lo menos durante el día. Intenta venir hoy a ver la carrera, distraerte un rato, y en la noche puedes volver a refugiarte aquí.—no me moví. Solo cerré los ojos, tratando de volver a dormir. —Pey, estoy hablando en serio.

—No quiero verlo. No puedo verlo.—susurré, destrozada. —Juró que no había nada con ella y ahora no tiene problema en mostrarse juntos. Es... es tan difícil.

—A veces debemos aprender a convivir con ciertas situaciones que se nos presentan. Y sí, es mucho más fácil escondernos y sufrir en silencio. Pero no puedes dejar de trabajar, Pey. Prometo que tendrás un ejército de ingenieros evitando que alguien de McLaren entre en el box. Es la carrera de tu casa, la carrera de tu hermano, y te necesita allí, Pey. Necesita que estés distraída, al aire libre, que puedas verlo. Y debes conocer a las personas con las que vas a trabajar el resto del año hasta que tomes una decisión.—seguía sin moverme, y sentí cómo me arrebataban las mantas. —Mientras tú te bañas y te arreglas, yo acomodaré este desorden.

—Está bien.—murmuré, sentándome en la cama. Tomé una de las toallas y me metí en el baño. Al observarme en el espejo, no pude evitar llorar. Estaba realmente destruida. Me duché rápidamente y salí del baño para encontrar mi cama tendida y mi ropa algo ordenada.

Must be a Mistake - Lando Norris #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora