IV

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Me gustan sus labios.

Cuando descubrí mis sentimientos por aquel suicida, no podía evitar ponerme un poco nervioso y alegre cuando estaba alrededor mío. Después de todo, los dos éramos adolescentes que no sabían lo que hacían porque nunca nos enseñaron a cómo expresar de manera adecuada nuestros sentimientos.

Nos dejábamos guiar por el ambiente y los besos eran algo que anhelaba hacer día con día.

¿Cómo no hacerlo? Sí, a aquel hombre le encantaba provocarme, y una de las formas de callarlo era juntar sus labios con los míos.

Su sonrojo y mirada "indefensa" eran uno de los escenarios más encantadores que vi en mi vida. Nadie, aparte de mí, podía presenciar o imaginar algo como eso.

Algo íntimo, inocente y deseado.

I like your... (Soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora