A la mañana siguiente, Shizune se despertó temprano. Se levantó de la cama y se quedó parada frente al pequeño armario, escogiendo cuidadosamente su atuendo para el día. Eligió una falda blanca que le llegaba por encima de las rodillas y una camisa roja de botones con el cuello abierto. Sus movimientos aún estaban llenos de cierta timidez, pero tenía un aire de inocencia y feminidad que hacía que se viera aún más atractiva.
Una vez terminado de vestirse, se miró brevemente en el espejo y arregló un poco su cabello. Su mirada aún mostraba cierta nerviosidad, pero también una excitación creciente ante la perspectiva de ver a Tsunade nuevamente. Aunque sólo tenía 13 años, Shizune no era del todo inocente. Tenía un toque de rebeldía, pero también era muy dulce y tierna. Por supuesto, sabía que Tsunade era novia de su padre, lo cual la convertía en algo así como su madrastra. Sin embargo, a pesar de su juventud y de la diferencia de edad entre ellas, no podía evitar sentirse atraída por la mujer mayor.
Su mente estaba llena de pensamientos confusos e incluso un poco pecaminosos, pero no podía evitarlo. Cada vez que Tsunade estaba cerca, sentía cómo su corazón latía más fuerte y cómo su cuerpo reaccionaba. Su piel blanca y suave era como un imán para ella, y deseaba tocarla aunque sabía que no debía.
Al bajar las escaleras, Shizune no prestó atención y se resbaló en el último escalón. Cayó al suelo y se raspó la rodilla contra el piso. El dolor la hizo sisear ligeramente, pero no lloró ni se quejó. Se sentó en el escalón inferior, doliéndole ligeramente la herida en la rodilla.
Al oír el ruido de la caída, Tsunade salió de su habitación y vio a Shizune sentada en el escalón inferior de las escaleras, sosteniéndose ligeramente la rodilla. Se acercó a ella con preocupación en su rostro.
-- ¡Shizune, estás bien? -- preguntó con voz preocupada, mientras se acercaba a ella.
Se detuvo frente a ella y se agachó para inspeccionar su herida. Su mano se deslizó suavemente por la pierna de la joven, tocando por un momento la piel raspada de su rodilla.
-- Sólo es un pequeño rasguño -- respondió Shizune con un suspiro, todavía sentada en el escalón. Su rodilla aún le dolía un poco, pero el tacto de la mano de Tsunade en su piel la hizo estremecer ligeramente.
Con cuidado, Tsunade tomó a la joven y la cargó en brazos, para evitar que caminara y se lastimara aún más. Sostuvo su pequeño y delgado cuerpo con facilidad y la llevó a la sala, donde la sentó suavemente en el sofá. Tsunade se volvió y abrió un pequeño cajón cercano, sacando una pequeña botellita de crema. Se volvió a agachar frente a Shizune y con cuidado empezó a untar la crema en el raspon de su rodilla. Su toque era suave y tierno, y no pudo evitar acariciar ligeramente la suave piel de la joven.
Después de terminar de aplicar la crema y la curita, Tsunade se incorporó y se sentó junto a ella en el sofá. Con una sonrisa leve dijo
-- No le digas a tu padre, o dirá que no te cuide adecuadamente.
Shizune escuchó las palabras de Tsunade y asintió ligeramente. Sabía que su padre podía ser sobreprotector, especialmente con su única hija, así que no tenía ganas de que se preocupase por su pequeña herida.
-- No se lo diré -- prometió, aún sentada en el sofá e intentando controlar su propia revolución interior..
Tsunade sonrió ligeramente al ver cómo la joven aceptaba guardar silencio sobre el tema. Su pequeño gesto de obediencia le resultaba tierno, y no pudo evitar acariciar ligeramente su cabello con su mano.
-- Eres una buena chica -- dijo con un tono de aprobación en su voz. Su mirada se deslizó por la figura de la joven, notando cada detalle y cada pequeño movimiento. Su deseo crecía con cada segundo que pasaba
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Tsunade x Shizune G!P
Romance⚠️ Está historia es Incestuosa e Involucra a una menor de edad‼️ si es sensible a este contenido se le recomienda no entrar a leer También contiene contenido explicito