𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝘽𝙡𝙖𝙢𝙚 𝙈𝙚 - Anthony Bridgerton [Brindgerton]

VI. 𝘓𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘱𝘶𝘦𝘴𝘵𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘵𝘪

ANAHÍ SE ENCONTRABA OBSERVANDO con una sonrisa cómo los hermanos Bridgerton debatían sobre quién debía elegir el primer palo de croquet para el juego de pall mall. En un momento de la discusión, un recuerdo se apoderó de ella. No había visto a su hermano desde hacía años desde su viaje y, debido a la repentina llegada y a todo lo que había sucedido, aún no había tenido la oportunidad de ponerse en contacto con él.

Anahí también notó que, desde que salió a los jardines, sentía una mirada intensa sobre ella. Sabía quién era, pero intentó no darle importancia y concentrarse en la conversación con Archie, el ahijado de Lady Danbury. Archie era una persona pacífica y tranquila que intervenía sólo cuando era necesario y, en ese momento, estaba observando la discusión entre los hermanos Bridgerton con calma y atención, sin dejar de mirar ocasionalmente a Anahí de vez en cuando.

En comparación, Anahí era y siempre había sido muy competitiva, especialmente cuando se trataba de juegos. Recordaba perfectamente aquella vez que había jugado con su hermano y lo había empujado a los arbustos con tal de ser la primera en alcanzar el pequeño trozo de pastel que era el premio de aquella carrera improvisada. Aunque al final había tenido que compartir esa rebanada con su hermano, pues Anahí no era egoísta y quería que él también disfrutara del premio. El recuerdo la hizo sonreír de forma nostálgica, recordando la complicidad y la rivalidad sana que solían compartir con su hermano durante su infancia y juventud.

Mientras Anahí reflexionaba sobre lo sucedido, Archie se dio cuenta de su sonrisa y le preguntó suavemente: - ¿En qué estás pensando? Parece que te ha hecho recordar algo agradable.

Anahí lo miró a los ojos y le respondió con una sonrisa aún más amplia: - Sí, estaba recordando una época de mi pasado, cuando era más joven y compartía ese espíritu competitivo y juguetón con mi hermano.

Archie la observó con su sonrisa amable y comprensiva, notando el cariño que ella le tenía a los recuerdos de su hermano. - Suena como que eres muy unida a él -comentó él con suavidad.

Anahí asintió con un gesto suave, aún con esa sonrisa en su rostro, pero también con un dejo de tristeza en sus ojos. - Sí, lo soy. Lo extraño mucho, hemos estado separados unos años y no es fácil estar lejos de él.