Sexagésimo cuarto paso

807 117 176
                                    

Era curioso como las historias podían repetirse así de la nada si no tenías cuidado. Al parecer el destino... o el universo... o lo que fuera tenían planeado para ella un bucle interminable en el que nunca podía ser de ayuda para sus compañeros.

Primero fue en la misiones, en donde no podía hacer nada para ayudar a Naruto o a Sasuke y ahora con Takemichi, que no tenía ni idea de cómo hacerlo entrar en razón y fallaba cada vez que intentaba hacerlo hablar.

Y cada vez tenía ideas más raras y preocupantes ¿trabajar con Kisaki? Podía pasarlo pero...

¿Dejar a Hina? ¿Qué acaso estaba loco?

O bueno, Sakura si entendía porque Takemichi estaría dispuesto a dejar a la chica pero estaba segura de que había otro camino mejor en vez de que esos dos se separaran. Solo debía pensar en algo... y de paso animar a su amigo.

Si... puede que las cosas con sus viejos compañeros estuvieran hechas añicos pero ella y Takemichi eran almas gemelas, podrían pasar esa mala racha. Solo debía poner más de su parte.

Solo debía alcanzarlo...

— oye pulga loca deja de llorar en el rincón y prepárate para trabajar.

Una cabeza afelpada de ese extraño disfraz que estaban obligándole a ponerse le fue lanzada sin cuidado por el idiota de Peh.

Sakura solo gruñó tomando esa tonta cabeza de conejo ente sus manos.

Y ahora se preguntarán... ¿qué está haciendo esta vez la pelirrosa? ¿Y por qué trae puesto un ancho disfraz de conejo rosa con una esponjosa colita a juego?

Sencillo, se ofreció a ayudar a Koki en lo que fuera que estuviera planeando para Aiko. Solo que cuando aceptó hacerlo no se sentía tan frustrada o desesperada por arreglar todo ese desastre que se estaba formando.

— oye ¿estás llorando? — Peh dejo de apurarla para verla más detenidamente con gesto confundido — ni siquiera te lance la cabeza de la botarga tan fuerte...

Sakura maldijo por lo bajo pasándose el dorso de la mano por la cara para que el tonto de Peh dejara de escudriñarla.

— n-no estoy llorando — dijo entre dientes volteando su cara lo más que podía — solo vete ¿si? Ahora voy.

Pero Peh no se fue.

— ¿enserio? Porque es obvio que estás llorando — señaló el antiguo teniente, vaya que era perspicaz — ¿Qué? ¿Te dejo tu novio?

Claro, según el entendimiento de Peh la única razón por la que lloraría una chica era por un chico— Sakura lo molería a golpes, de no ser porque hace un tiempo efectivamente sí sufrió por un chico, pero eso no se lo iba a a decir — sin duda su conocimiento se limitaba a motos y a pandillas.

— no tengo novio — dijo entre dientes.

— ah, y por eso estas llorando.

Cayó en cuenta de que Peh no iba a detenerse en su búsqueda de información que en realidad estaba empezando a resultarle exasperante para ese punto.

— tranquila, pulga — tuvo el descaro de acercársele y palmearle el hombro mullido por el traje de conejo que usaba — estoy seguro de que ya llegará alguien lo suficiente loco como para aguantar tu mal humor y lo llorona que eres.

— enserio... ya ciérrale la boca o lo hago yo ¡¿cómo se atreve a decir eso?! ¡Si cualquiera daría lo que fuera para estar con nosotras!

Inner tampoco se iba a quedar callada en esto, y entre ella, las idioteces que salían de la boca de Peh y todo lo que había estado llorando ya le estaba empezando a doler la cabeza.

Henko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora