La Corona

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L o n d r e s  ,  I n g l a t e r r a 

Lunes 26 de Febrero 2024

El día había iniciado con un cielo gris, las nubes situadas por toda la ciudad haciendo parecer que el gran acontecimiento que estaba por suceder realmente no llegaría, se pronosticaban tormentas de gran calibre pero eso parecía no detener.

Dios salve a la Reina 

La abadía de Westminster  

Todos esperaban con ansias la coronación excepto una persona, la cual no se sentía conforme con las decisiones tomadas por su padre y hermano mayor, se incendio fuego a la lluvia y ahora no sabia como detener ese suceso. 

La larga caminata por el eterno pasillo de la abadía parecía realmente interminable, los cantos de los presentes se escuchaban a tope. Mientras el corazón de Alexandra parecía que saldría de su pecho en cualquier instante y sus pensamientos parecían nublarle el juicio. 

Al llegar hasta la parte de enfrente, donde con enorme nervisismo miro a los cuatro caballeros de la Orden de la Jarretera el V Duque de Abercorn, Barón Butler de Brockwell, el Ex Primer Ministro de Reino Unido y el Barón de Luce. 

Este es el final, contén el aire y cuenta hasta diez

Una silla postrada en medio de la enorme sala, donde ella toma asiento y frente a ella el gran Arzobispo de Canterbury, Justin Welby. 

¿Esta usted dispuesta a tomar el juramento majestad? - Dijo el Arzobispo frente a ella 

Su pulso comenzó a acelerarse y dio una mirada a su esposo que se encontraba con su traje oficial de militar de alto rango, la mirada de el le brindo la confianza que tanto buscaba en la sala llena de miles de personas. 

Lo estoy -Dijo ella con seguridad 

¿Usted mantendrá y preservara inviolablemente? -Dijo el 

Lo haré -Contesto ella con la cabeza en alto 

El arzobispo puso Los Santos oleos en un cucharón de oro y con un dedo tomo un poco de este para continuar con sus oraciones 

Sean sus manos ungidas con aceite consagrado -Dijo el colocando aceite en las manos de la monarca

Sea su pecho ungido con aceite consagrado -Dijo poniendo el aceite en su pecho 

Sea su cabeza ungida con aceite consagrado -Dijo el poniendo una pequeña cruz en su frente para posteriormente dejar Los Santos oleos de lado

Como reyes, curas, profetas fueron ungidos y como Salomon fue ungido rey por el Padre Sadoc y Natán el profeta así que sea ungida, bendecida y consagrada Reina sobre los pueblos, a quienes el señor, nuestro Dios te ha dado para regir gobernar en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo, amen -Dijo el Arzobispo ante la mirada de la joven de enormes ojos 

Amen -Dijo Alexandra observando a sus hermanos quienes estaban en primera fila como ella lo había pedido

El Arzobispo se aleja un poco para permitir el acercamiento del sacerdote que había sido asignado como el que cargaría la corona. El Arzobispo la toma entre sus manos para acercarse de nuevo a Alexandra. 

Otro sacerdote se acerca para entregar el orbe y un cetro los cuales Alexandra toma entre sus manos, el Arzobispo coloca la corona sobre su cabeza y en ese momento los presentes colocan sus coronas de igual forma. 

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