Bajo la Sombra del Poder

Capítulo 1: El Secuestro

NARRA LEYLA

Era un día normal en la escuela secundaria. El sol brillaba, y los estudiantes iban de clase en clase, hablando y riendo. Estaba en mi última clase del día, Historia, cuando todo cambió. La profesora estaba explicando la Revolución Francesa cuando la puerta del aula se abrió de golpe. Varios hombres vestidos de negro y armados irrumpieron, causando pánico entre los estudiantes.

El caos se desató. Los estudiantes empezaron a gritar y a correr en todas direcciones, tratando de escapar. Yo estaba paralizada por el miedo, sin saber qué hacer. De repente, sentí una mano fuerte agarrando mi brazo. Intenté luchar, gritar, pero mi voz se ahogó en medio del pánico. Los hombres me arrastraron fuera del aula y me llevaron a la fuerza a una camioneta negra que esperaba afuera. La puerta se cerró con un estruendo y el vehículo arrancó rápidamente.

Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba entender qué estaba pasando. Miré a mi alrededor en la camioneta, buscando una manera de escapar, pero los hombres me vigilaban de cerca. La desesperación y el miedo me abrumaron. ¿Por qué me estaban llevando? ¿Qué querían de mí?

Después de lo que parecieron horas, la camioneta se detuvo. Fui arrastrada fuera y llevada a una mansión lujosa. Mis secuestradores me llevaron a una habitación grande y opulenta antes de cerrarme dentro. Me dejé caer al suelo, temblando. Todo esto era irreal. Un momento estaba en clase, y al siguiente, era una prisionera en una mansión desconocida.

NARRA EROS

Había esperado este momento durante seis largos años. Verla crecer desde una niña inocente hasta una joven hermosa y madura. Leyla era todo lo que había imaginado y más. La había vigilado desde lejos, protegiéndola de cualquier peligro, asegurándome de que estuviera a salvo. Y ahora, finalmente, era el momento de reclamar lo que era mío.

Cuando entré en la habitación donde la mantenían, la vi sentada en el suelo, su cuerpo temblando de miedo. Mis ojos se clavaron en ella, bebiendo cada detalle de su apariencia. La suavidad de su piel, el brillo de su cabello, la vulnerabilidad en sus ojos. Ella era perfecta.

-Leyla -dije en voz baja, acercándome a ella.

Ella levantó la vista, sus ojos llenos de pánico y confusión. Sabía que tendría que ser paciente, que ganarme su confianza no sería fácil, pero estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario.

-No tengas miedo. No te haré daño -le aseguré, aunque sabía que mis palabras harían poco para calmar su miedo inicial.

NARRA LEYLA

El hombre que entró en la habitación tenía una presencia imponente. Era alto, con un porte elegante y una mirada penetrante que me hizo encogerme. Sus ojos oscuros me miraban con una intensidad que me hizo estremecerme.

-Leyla -dijo, y el sonido de mi nombre en sus labios me hizo sentir un escalofrío.

No sabía quién era este hombre ni qué quería de mí. Intenté hablar, pero las palabras se quedaron atrapadas en mi garganta. Finalmente, logré susurrar:

-¿Quién eres? ¿Por qué estoy aquí?

El hombre se acercó más, su mirada intensa no se apartaba de la mía.

-Mi nombre es Eros -respondió-. He estado esperando por ti.

Sus palabras me dejaron perpleja. ¿Esperando por mí? ¿Qué significaba eso? El miedo volvió a apoderarse de mí mientras intentaba entender la situación.

NARRA EROS

Ver el miedo en los ojos de Leyla era difícil, pero sabía que era necesario. Ella tenía que entender que ahora estaba bajo mi control. Me acerqué lentamente, sin querer asustarla más de lo necesario.

-He estado vigilándote, protegiéndote -le expliqué

-Tu vida me pertenece ahora.

Leyla me miró con una mezcla de terror y confusión. Sabía que necesitaba ser paciente, pero también firme. Ella necesitaba saber que no tenía otra opción.

-Te prometo que estarás a salvo conmigo, pero debes obedecerme -le dije, mi voz suave pero autoritaria-. No intentarás escapar, ¿verdad?

Ella asintió débilmente, su cuerpo temblando. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que aceptara su nueva realidad.

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