Capítulo cinco.

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—¡Oh Dios mío, esas son buenas noticias!

Charles aplaudió mirando a su amigo mientras Sergio intentaba ocultarse de todo el bullicio que Charles estaba provocando esa tarde. El cielo de Londres se encontraba con su misma apariencia grisácea, el invierno podría acercarse muy pronto y había muchas cosas por charlar después de que Sergio por fin aceptara el compromiso con Verstappen.

Sergio, había llamado a Charles después de tener varias llamadas perdidas y mensajes en su buzón donde Charles amenazaba con ir a buscar a Lewis y patearle el trasero por lo que le había hecho a su amigo, cuando Charles se casó de amenazar y sólo pedir verlo, Sergio se animó a contactarlo y contarle todo lo que había pasado.

Se habían citado en una cafetería escondida de la ciudad, donde casi nadie iba y era muy poco conocida. No quería salir a la ciudad específicamente, aún no se recuperaba emocionalmente de lo que Lewis le había hecho pero sabía que quedándose en su cama, llorando y lamentándose, no solucionaría nada.

—¿Ya firmaron los papeles? —Charles pregunto tomando su Frappuccino, dejándose un pequeño bigote que hizo sonreír a Sergio mientras negaba.

—No, se supone que esta tarde nos veríamos para firmarlos —murmuro Sergio y tomó de su cappuccino—. Perdón por no responder los mensajes, apenas me levante de esa cama y decidí llamarte, no quería ver a nadie todo este tiempo...incluso las rosas que Max suele mandar.

Charles abrió la boca sorprendido—. ¿Él enviaba flores?, ¡¿Por qué nunca me lo dijiste?! —rio suavemente el castaño golpeando el hombro de su amigo con suavidad—. Oye, estoy seguro que lo de ustedes puede funcionar. Tal vez algo muy anticuado, pero, vamos...hay que darle una oportunidad y olvidarte de, bueno, ya sabes quién.

—No pretendo enamorarme de Max, Char —rodó los ojos el mexicano—. El único motivo por el que acepto esto es para salvar la empresa de mi familia, no porque desee casarme o quiera enamorarme de él.

—Siempre tan ermitaño —murmuro el monegasco y Sergio lo miró, Charles sonrió un poco—. Quiero verte más adelante, entonces.

—Acabo de pasar por una infidelidad, no esperes que este abierto al amor nuevamente —suspiró el tapatío y Charles tomó su mano para darle un apretón.

—Siempre viene alguien mejor, Checo. —sonrió el monegasco—. Conozco a la familia Verstappen desde hace un tiempo, mucho se puede decir de Max y su fría crueldad en el mundo de los negocios, ó su hostilidad al tratar a los demás, pero creo que está muy interesado en ti.

Sergio lo miró enarcando una ceja, en ese momento se preguntó cómo es que Charles sabía muchas cosas, que él no, bueno, a diferencia de Charles, a él si le interesaban los negocios y el mundo de este, sin embargo, el padre de Charles no estaba interesado en que un omega manejara sus negocios, por lo que se los había heredado a su hijo mayor y cuando Charles supo eso, se había sentido decepcionado y molesto con toda su familia, así que por llevarles la contraria, estudiaba diseño, después de todo, Charles siempre había soñado con ser un gran diseñador de modas o modelo.

El tapatío siempre le había dicho que podía hacerlo, Charles era hermoso, su piel era blanquecina y suave, sus ojos eran de un hermoso color esmeralda y su cuerpo era para morir, tenía unas hermosas curvas; sin contar su suave y sedoso cabello castaño, muchos morían por él, pero Charles ya había muerto por alguien más. Literal y figuradamente.

—¿Cómo es que sabes tanto, uhm? Pensé que había dicho que esto ya no era lo tuyo —murmuro y Charles se encogió de hombros.

—A diferencia de tus padres, los míos si me siguen obligando a asistir a ese tipo de fiestas sociales. Además de que la familia Sainz es muy cercana a los Verstappen y ya sabes quien, es un gran amigo de Max —rodó los ojos—, y mi hermano es muy cercano a ellos, así que ya sabes de donde obtengo la información.

The sweetest obsession » Chestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora