Capítulo 17 Parte I

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Volamos bajo sobre la frontera de Nightfall, escondiéndonos dentro de una densa cama de niebla. Nunca antes había estado en esta parte del reino, y aunque estaba en una misión, también estaba haciendo turismo de alguna manera. Una vez que llegamos a su puerta principal, volamos más alto en el cielo para evitar su detección.

El reino de Nightfall tenía más vidrio y metal de los que había visto en toda mi vida. Carruajes mecánicos sin caballos con lámparas delante rodaban por las calles. Y aunque era de noche, todo estaba iluminado. Pero no había llama ni fuego, era... un tipo diferente de luz. Un brillo suave y constante. Los edificios fueron hechos por expertos. Vidrio, ladrillo y metal. Todas las líneas eran rectas, nada parecía irregular o ensamblado a toda prisa. Lamenté admitir que era hermoso, un espectáculo digno de contemplar.

Había soldados apostados por todas partes, dos en cada esquina, y todos portaban diferentes artilugios para matar. Armas de metal con proyectiles cargados en ellas. Lanzadores de flechas y uno incluso tenía una llama ardiendo en la punta.

¿Qué era este lugar? Un lugar de invención y tecnología que no podría imaginar ni en mis sueños más locos... o pesadillas. Era como si la Reina quisiera borrar el reino de la magia y luego usar sus máquinas y su metal para convertirse en seres humanos mágicos.

El amado hijo mayor de la Reina vive fuera del Castillo Nightfall —la voz de Drae atravesó mi mente, sacándome de mis pensamientos.

¿Cómo lo sabes? —pregunté mientras virábamos a la izquierda, alejándonos de las luces brillantes de un castillo lejano y hacia un pueblo más pequeño.

Espías —fue todo lo que dijo.

El beso que habíamos compartido permanecía entre nosotros. No sabía cómo actuar frente a él ahora. Me había salvado la vida calentándome cuando me estaba congelando, pero no me sentía agradecida. Me enojó que le dijera a Cal y a todos los demás guardias que no salieran conmigo. Aceptó casualmente la recomendación de Regina para mí como su respaldo, y luego mencionó tan casualmente que me quería a los pocos minutos de la muerte de Joslyn. ¿Se refirió a mí como un respaldo con Regina y no como un miembro de su Guardia Real, o como una amiga? Porque eso fue lo que me lástimo.

Yo era una póliza de seguro.

El humo comenzó a salir de mis fosas nasales y la cabeza negra del Rey giró en mi dirección. Apagué el fuego y miré hacia adelante, lista para concentrarme en la tarea que tenía entre manos.

Vengar a Joslyn.

Todavía no se sentía real, que se había ido, que su alma había dejado su cuerpo. Debería haberla protegido.

Qué pésima Guardia Real soy —le murmuré a Drae.

Me miró.

¿Pésima Guardia Real? ¿Qué pasa con la docena de guardias de Nightfall que asesinastes  cuando irrumpieron en mi palacio? Regina está fuera de sí porque no hizo su trabajo. Hiciste más que nadie. Los mataste.

No había pensado en cómo Regina podría estar tomando esto. Qué molesta estaría si, como líder de los Drayken, permitiera que dos forasteros entraran y mataran a la prometida del Rey. Sin mencionar el hecho de que había tenido un espía entre sus filas y nunca lo supo.

Me quedé callada después de eso, dándome cuenta de que esto no solo me afectaba a mi. Aunque estaba segura de que, de todos, yo conocía mejor a Joslyn y me preocupaba más por ella.

Agáchate, a esa niebla —dijo el Rey de repente, y se dejó caer.

Al igual que el me deje caer y estábamos volando en una neblina blanca y húmeda.

El último Rey Dragón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora