6. Perdón 2/2

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México: Ay Dios, creo que me estoy arrepintiendo de esto... No, tú puedes México, tú puedes.

De repente alguien agarra al mexicano de los hombros, acorralandolo en una pared de un callejón.

España: Nueva España~, que gusto tengo de verte mi niño~.

México: Afortunadamente no puedo decir lo mismo. Hazte para allá.

México empuja al español y apresura el paso para llegar rápido, no quiere ni imaginarse que pasará si se queda más tiempo con aquel europeo.

España: Oooh, ¿Qué pasa? ¿No te da gusto ver a tu papi~?

México: No, por favor aléjate.

España: Te haz vuelto muy rebelde Nueva España.

México: ...

México se sentía tan incómodo, solo quería salir corriendo, pero el miedo se lo impedía, el miedo solo le hacía quedarse caminando junto a su abusador, no quería estar otro minuto más junto a él, solo le traía malos recuerdos de su infancia.

España: ¿Y a dónde vas mi querido Nueva España?

México: No tengo porqué responder.

España: Claro que sí tienes un motivo... Soy tú padre, tengo tu custodia, y si yo quiero horita mismo te llevo lejos de la sociedad.

México: Voy a... V-voy... -México se estaba poniendo muy nervioso, sus ojos se estaban humeciendo y su cuerpo temblando, quería salir lejos de ahí, pero su cuerpo no respondía, se sentía impotente-.

España: Patético, otra palabra no puede describirte... Oh bueno, sí, estúpido, llorón, cobarde, débil y la lista sigue.

México: Ay Dios... Rusia me habló para conversar unos asuntos.

España: Bueno... Me voy con mi segunda amada, o sea, Italia, pues tú eres la primera... Me recuerdas tanto a tu madre... Adiós mi vida~.

México: Ugh, cuánto lo odio... Solo quiero matarlo, hacerlo sufrir, aaaah... Pero no puedo, soy tan débil e inútil que no puedo hacer nada por mi mismo.

México iba metido en sus pensamientos, iba triste, desolado, se sentía tan solo e indefenso, no le gusta sentirse así, pero sacó esos pensamientos al ver que había llegado a su destino, se armó de valor y entro a la cafetería, esperando que no pasara nada peor que lo de horita.

Rusia: México, buenos días, toma asiento.

México: Buenos días Rusia, gracias. Oye, quería decirte que...

Rusia: Permíteme hablar por favor...

México: Está bien, te escucho.

Rusia: Mira, te quiero pedir perdón por todo lo que pasó ayer, de verdad no estaba pensando bien las cosas, había tenido un mal día, mi pareja me había terminado y yo estaba cegado por la ira, no estaba tan cuerdo, al llegar a mi habitación me sentí fatal, no solo por lo que me había pasado, sino por lo que te hice, de verdad temí que te hubiera hecho daño, y si lo hubiera hecho no me lo perdonaría.

México: Está bien Rus, no hay problema; es decir, yo también te dije algunas cosas que pues no debía decirlas, así que la culpa es de ambos.

Rusia: Muchas gracias Meczico, entonces, ¿Estamos bien?

México: Estamos bien, ¿Un abracito? -Dijo México mientras ya estaba extendiendo sus brazos-.

Rusia: Xaxaxaxa, un abracito. -Rusia le correspondió el abrazo al mexicano, y así se quedaron unos segundos-.

¡Maldito Homosexual!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora