8. Te amo (Confesión 2/2)

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La cena estaba transcurriendo con éxito, unos minutos más y la gran confesión del alemán sería escuchada por el mexicano.

Alemania: Entonces... ¿Quieres algo más?

México: No gracias, ya estoy muy lleno.

Alemania: Está bien, entonces voy a pedir la cuenta.

México: Bueno.

Alemania hace una seña para llamar la atención de Roberto, nuestro mesero favorito.

Roberto: ¿Qué pasó joven Alemania?

Alemania: ¿Me puede traer la cuenta por favor?

Roberto: Por supuesto que si, en un momento se la traigo.

Alemania: Gracias.

Roberto sin más que decir se retiró.

México: De verdad, muchas gracias Ale.

Alemania: No hay de que mi ajolotito.

México: ¿Quieres que ponga la mitad de la cuenta?

Alemania: Nop, yo te invité, yo pago.

México: Déjame poner aunque sea un poco.

Alemania: No Mex, déjalo, yo pago.

México: ¿Seguro?

Alemania: Sipirili.

México: JAJAJA, ¿Sipirili?

Alemania: Sipirili.

Roberto: Aquí está la cuenta, en un momento vengo a recogerla, voy atender otras mesas.

Alemania: Si claro, gracias.

México: Oye Ale, en lo que pagas voy al baño.

Alemania: Está bien.

Es más que obvio que México no fue al baño, se fue a hechar chisme con Roberto. Bueno, si fue al baño, Pero también por el chisme.

México: Ey, Rober.

Roberto: ¿Qué pasó México?

México: ¿Tú crees que Alemania está actuando raro?

Roberto: ¿Raro?, ummmh... Yo diría que está muy... Cariñoso.

México: ¿Tú crees?

Roberto: Si claro, a lo mejor y este enamorado de usted.

México: Ay, ¿De mi?, no creo.

Roberto: Se nota a kilómetros México.

México: Ay no sé.

Roberto: No sé preocupe, si se le declara o algo usted es el que decidirá, pero eso sí, ustedes hacen una muy bonita pareja.

México: ¿De verdad?

Roberto: Ujum, se nota que lo ama.

México: Ayyyy, gracias Rober, adiós.

Roberto: Vaya a su mesa pues.

México a paso veloz llegó a la mesa junto a Alemania.

Alemania: Te tardaste un poco.

México: ¿Apoco?

Alemania: Si.

México: Perdón, a lo mejor me quedé disociando y no me di cuenta.

Alemania: No te preocupes, me pasa a veces.

Roberto: Ya estoy aquí, ¿Puedo retirar
La cuenta?

Alemania: Por supuesto.

Roberto: Ya le traigo el cambio joven.

Alemania: Déjelo así, no sé preocupe.

Roberto: Muchas gracias joven Alemania.

Alemania: Hasta luego.

México: Sale we, luego nos vemos.

Roberto: Hasta luego.

Ambos países se retiraron del restaurante y se dirigieron a la playa por petición del alemán, estuvieron un buen rato caminando hasta que Alemania se para en una cierta zona de la playa, la cuál era muy hermosa, pues se había un bello paisaje en el lugar.

México: ¿Uh?

Alemania: ...

México: ¿Que pasó Ale?

Alemania: Es que...

México: ¿Te sientes mal?

Alemania: No es eso.

México: ¿Entonces?, podemos volver, de igual forma faltan dos días para que algunos países se retiren.

Alemania: Te quiero decir... No, te quiero confesar algo.

México: Está bien, sabes que puedes contar conmigo en lo que sea.

Alemania: Me gustas mucho México. ¿Quieres ser mi pareja?

México: Ah...

Alemania: ...

México: Yo... No sé que decirte.

Alemania: No te preocupes, si no quieres, no puedo obligarte.

México: No... Acepto... Mi vida.

Al oír esa respuesta, los ojos del alemán se iluminaron, no lo podía creer, de verdad el mexicano lo había aceptado. La felicidad en él aumento, quería abalanzarse sobre el mexicano, abrazarlo y llenarlo de besos y decirle cuánto lo amaba, pero no quería parecer tan... Precipitado(¿?). Su única reacción fue abrazar al mexicano, puso sus manos en sus mejillas y...





























Lo besó.














El mexicano no lo podía creer, ¡Alemania lo estaba besando!, sus labios eran muy suaves, con un ligero sabor a whisky, tal parece que eso fue lo último que bebió antes de salir del restaurante. Estaba disfrutando del beso, nunca creyó o tan siquiera imaginó estar en esta situación, pero lo único que quería hacer e hizo fue corresponderle el beso al alemán.

Se separaron por la falta de aire, pero se quedaron mirando en un silencio para nada incómodo, más bien les relajaba mucho ese ambiente, hasta que de los labios del alemán salió esa frase que el mexicano estaba esperando.

Alemania: Te amo mucho México, muchas gracias...

México: Yo también te amo mucho Ale...

Y se volvieron a unir en un romántico y delicado beso...
































Pero lo que no sabían es que algunos países los estaban observando desde lo lejos, entre ellos un país al cual le gustaba el alemán. Otro que quería tener el corazón del mexicano, pero estaban con sus amigos y no querían quedar como los malos, por lo que solo se unieron al chismoseo.







































HOLAAAA, ya les traje de comer hijos míos, es poco, pero espero disfruten del capítulo.

Quiénes quieren que sean los países?

Qué quieren o creen que pasé?

Creen que habrá consecuencias?

Me despido.

Se la lavan, cuchao.

¡Maldito Homosexual!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora