1.¿Y ese quién es?

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Era una cálida mañana en la Cuidad de México, la temporada de lluvia no estaba ni cerca de aparecer y un mexicano estaba luchando por mantenerse despierto, pues el sueño y la calor no ayudaban en mucho.

CDMX: ¡JEFE, YA DESPIERTE, SE LE VA HACER TARDE!

México: Uhhhh, 5 minutitos más.

CDMX: ¿A qué hora es la reunión?

México: A las 11, falta mucho.

CDMX: Pues ya son las 10:30

En el momento que su hijo dijo eso, México se levantó de volada y empezó a buscar algo para ponerse, cuando por fin encontró algo se metió a bañar.

Oaxaca: Oye hermano, no le vas a decir que apenas son las 8?

CDMX: Nah, el también que aprenda a llegar temprano.

Oaxaca: Bueno, eso sí, a nuestro padre siempre lo castigan por llegar tarde.

CDMX: ¿Ves?, estará bien, es más, nos lo va agradecer.

Los estados se retiraron de la habitación de su progenitor y se dirigieron a la sala. México por otro lado estaba bien apurado, pues no quería que ONU le llamara la atención frente a todos.

México: Puta madre, Puta madre, ya voy bien tarde, no quiero otro castigo de ONU, ya son varios y no quiero quedarme a hacer limpieza.

México bajó a desayunar y vió que sus hijos apenas estaban cocinando la comida.

México: Eh pinches huercos, apúrense, ¿No ven que llego tarde?

Guerrero: Número uno buenos días, número dos apenas son las 8:20.

México volteó hacía uno de sus hijos, para ser más específicos el chilango.

México: Ah pinche chamaco, yo hasta ya estoy listo para irme.

CDMX: Es para que aprenda a ser más responsable y puntual.

México: Is piri qui iprindi i sir mis rispinsibli y pintuil. Es mi pinche casa y me levanto a la hora que quiera.

Oaxaca: ¿De verdad es este nuestro padre? -Dijo el oaxaqueño en un susurro a su hermano Yucatán-.

México: Te escuché, pinche Oaxaco.

Oaxaca: ¡¿Cómo vergas me dijistes?!

México: O-a-x-a-c-o, ¿no sabes escuchar o que chingados?

Oaxaca: Me va a valer riata que sea mi progenitor, pero no me va andar diciendo así pinche viejo pendejo.

México: Apoco si muy vergas cabron.

Oaxaca: Pues si, ¿Cómo la ves?

México: Te voy a dar un santo putazo que ni vas a poder hablar bien cabron.

Oaxaca: Mucho bla bla y ni actúa.

México: Ahora sí, ya valiste verga mijo.

México se abalanzó hacia el pequeño oaxaqueño, pero antes de que pudiera dar siquiera el primer golpe unas manos lo detuvieron.

CDMX: Jefe ya cálmese, es nuestro hermano e hijo suyo.

Puebla: De verdad jefe, no se pase.

México: Pero también ese pinche chamaco, no sé por qué salió tan rebelde y contestón. -México miró a su hijo oaxaqueño el cual solo le saco la lengua en señal de burla y victoria-.

Los gemelos California llamaron a su padre y a sus hermanos para que se fueran a sentar en la mesa, pues la comida estaba lista.

México: Oye oaxaco.

¡Maldito Homosexual!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora