Enrolló una venda alrededor del delgado cuello de su compañero, para evitar por lo menos que no se rasque 10 minutos.
— Sabes que no va a funcionar, verdad? — le dijo Shigaraki al rubio con un tono neutral, llegando a lo perezoso
— Vale la pena intentarlo, aunque posiblemente te las quites cuando me vaya — Habló el rubio ceniza mirando fijamente al peli celeste sentado en frente suyo.
— Ten lo por seguro... pero cambiando de tema, que tal los chicos nuevos? — Dijo el peli celeste mientras realizaba movimientos con sus manos y piernas, resultado del no poder rascarse el cuello
no lo haría en frente de Suki.
— Bien, El quirk de Himiko es bastante bueno para infiltrarse, y el de Dabi es más que nada destructivo — Dijo Suki dando vueltas por la habitación, mirando fijamente los movimientos nerviosos de Shigaraki. Si que lo estaba intentando
soltó una pequeña risa, por más que Shigaraki le diga que no le guarda ningún cariño, el sabe que lo ve como un pequeño hermano.
— Claro, pero los dos son igual de pesados — Habló Shigaraki mientras rodaba los ojos, Himiko le parecía una loca maniática con fetiches con la sangre, Y Dabi era un idiota Fuck boy, que para rematar era piromano
pero bueno, quien era el para criticar?
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Llegó la noche, y en el Bar ya estaban todos dormidos
menos un rubio.
Decidió subir al techo para ver la bella luz de la luna y las estrellas, mirándolas con unos ojos nostálgicos.
— Como seria si estuvieras aquí mamá?... — dijo el rubio cenizo mirando hacia la Luna, soltándo silenciosas lágrimas
y contándole todos sus lamentos al viento, deseando que se los lleve lejos.
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