LEONARDO

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Estaba mirando desde el portátil las solicitudes de acceso para la Universidad. Ajá, así es, ya tengo 19 años y ya no soy el típico niñato de 6 años, ahora soy más maduro y más sexy.

Mi madre cada vez dice que me parezco más a mi padre tanto en carácter como de físico, ósea vamos, soy el hombre que cualquier chica desearía en su vida, lastima que solo me interesa tirármelas en la cara y luego dejarlas plantadas.

No sé porque mi madre dice que me parezco a mi padre si cada vez que hago algo me mira mal y me echa la bronca como la otra vez...

— Me encontré una tanga en su cuarto, ¿te parece normal? — dijo eso mirando a mi madre y mi madre frunció el ceño.

— Leo... — dijo mi madre. — Puedes hacerlo en otros lugares, no en nuestra casa.

— ¡¿Hacerlo?! — gritó mi padre. — Estoy harto de que este mocoso se tire a cualquier chica que se encuentre y se la folle como si nada. — mi madre arqueó la ceja mirando a mi padre de forma burlona. — ¿Qué?

— ¿A quién me recuerda...? — mi padre tragó saliva y yo suspiré.

— Si empezáis con vuestros morreos, mejor me largo. — dije cerrando la puerta detrás de mi fuertemente.

Hmmm sí, muy parecido, o también cuando...

— ¡Baja ya el maldito volumen de la música! — dijo mi padre dando golpes a mi puerta mientras tenía a una pelirroja medio desnuda encima mío y ella sobresaltó.

— ¡Estoy ocupado! — dije subiendo más el volumen mientras le metía los dedos dentro de sus bragas.

En ese instante mi padre metió una patada a la puerta derribándola enseguida, la pelirroja cuyo nombre no sé se asustó escondiéndose detrás de la persiana y yo me levanté subiéndome los calzoncillos.

— ¿Acaso estás loco? — dije furioso mirando mal a mi padre.

— Ugh no... — dijo mi padre tomando a la chica del brazo. — En mi puta casa no. — dijo rojo de la furia. — Te vas a vestir y te largas de aquí. — le dijo a esta. — Y tú... Castigado una semana sin salir. — me burlé riéndome en su cara.

— ¿Otra más? Let's go...

Y si, mi relación con mi padre no es una de las mejores... En cambio con mi madre es más modo...

— ¿Qué tal te fue en el entrenamiento? — dijo ella con su voz dulce mientras preparaba un batido en la cocina.

— Bien. — mascullé tomando energizante. 

— Mi amor, eso te afectará la salud. — dijo preocupada y suspiré dejando la bebida en la mesa.

— De algo hay que morir. — dije hasta que vi a mi hermana entrando en la cocina poniéndome los ojos en blanco.

— Leo, tienes que dejar de comportarte así, además, deja ya las chicas, ¿no hay ninguna que te gusté? — preguntó mi madre preocupada y mi mente viajó a todas las relaciones sexuales que tuve a lo largo de mi vida.

— A él le gusta que se la chupen. — murmuró Eleanor y mi madre se atragantó.

— ¡Eleanor! — dijo mi madre sorprendida y ella suspiró.

— ¿Qué? Es él quién perdió la virginidad a los 13. — murmuró la castaña.

— Al menos no soy virgen. — mascullé saliendo de la cocina.

Sí, una vida muy normal tengo... El único que me es fiel es el viejo de Spike, cada vez envejece más,  pero puedo notar su felicidad al verme, según mi padre, él es nuestro ángel guardián.

DANGEROUS: Alerta Roja #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora