LEONARDO (PARTE II)

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Me levanté con ganas de morirme.

Literalmente morirme, y no os miento.

Me dolía la espalda de una forma exagerada, todos los huesos me crujían al estirarme en mi cama, y sí, yo con 19 años ya parezco un puto anciano de 80 años que apenas puede andar.

Justo cuando intenté bajarme de la cama, mi pie se atascó en la sabana y acabé cayendo haciendo un sonido algo como: ¡PLOOF!

Me siento un completo imbécil, para decir que lo soy, mejor prefiero sentirme...

Ahí estaba al lado de la puerta mi queridísimo viejo amigo perruno, Spike. Estaba con la lengua de un metro sacada y me miraba raro, seguro hasta se estaba riendo de mí. 

— No da gracia. — mascullé y él giró la cabeza hacia un lado. — Podría haberme muerto. — dije medio dramático y él me respondió con un ladrido.

Me acerqué al armario para buscar ropa con que vestirme y al mirarme al espejo, vi una marca enorme en mi cuello. Era un chupetón.

— No me jodas ahora... — dije irritado mientras recogí cabreado la ropa y fui a vestirme.

Era temprano, pero tenía que irme cuanto antes al nuevo campus, que supuestamente iba a residir allí. Me puse una camiseta negra y unos pantalones de color verdes militares anchos con bolsillos a los lados, mis zapatillas Nike blancas, y por último el collar de Batman y salí de mi cuarto.

Por las escaleras choqué con alguien al bajar y me llegó un olor de marihuana tremendo.

— ¿Qué cojones haces tú aquí? — le dije a mi mejor amigo apartando el olor con la mano.

— Por fin despertó la bella durmiente. — se burló Willy y puse los ojos en blanco.

— Chupame la polla. — mascullé yendo en dirección hacia la cocina.

— Vocabulario... — dijo mi madre y suspiré. — Te preparé el desayuno, huevo frito con bacon como tanto te gusta. — me besó la mejilla e hice mueca de asco. — Será tu último desayuno aquí.

— Ugh, que milagro. — dije mientras me preparaba para empezar a comer.

— ¿Al final que carrera escogiste? — me preguntó mi padre y me atraganté con el vaso de agua.

— Esto... — murmuré y Williams se llevó la ventaja para hablar.

— Turismo. — dijo este enseguida y le miré mal.

— ¡¿Turismo?! — dijo mi padre medio enfadado. — ¿Esa mierda es una carrera?

— Matteo... — murmuró mi madre calmándole.

— ¡¿Vas a una universidad y a ti lo primero que se te ocurre es hacer turismo?! — gritó este mientras mi madre le retenía.

— ¿Hay algo que te convenga de mi? — me levanté serio enfrentando a mi padre. — Porque lo único que sabes hacer es criticarme, pero tranquilo, ya me largaré de tu maldita casa.

— Leo... — dijo mi madre preocupada.

— Lo único que sabes hacer es cagarlo todo. — me dijo mi padre y tragué saliva para calmarme. — Eres patético, no sirves de nada y eres una vergüenza en esta familia. 

— Muy bien... — aplaudí ante su espectáculo, tomé las llaves de mi coche, agarré mis maletas y la mochila y salí por la puerta. — ¡Muévete de una puta vez, Willy! — grité cerrando la puerta del piloto de un fuerte golpe.

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⏰ Última actualización: Aug 21, 2024 ⏰

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DANGEROUS: Alerta Roja #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora