𝔇𝔢𝔩𝔦𝔠𝔞𝔱𝔢 // ᴛʜᴇᴏ ɴᴏᴛᴛ

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8

(ᴋᴀᴛᴇ'ꜱ ᴠɪᴇᴡ) 🥀

No sé cuanto tiempo había pasado. Es cómo si hubiera estado andando en círculos todo este rato.

- ¡Todos los árboles son iguales! Esto parece un laberinto.

El cansancio y el mal humor ya se habían apoderado de mí.

- Me voy a quedar aquí para siempre. Una vez perdida ya no voy a poder encontrar el camino de vuelta y nadie me podrá rescatar.

A lo mejor eso era muy dramático por mi parte. Pero tengo mis razones.

Me senté en el suelo y apoyé mi espalda bruscamente en un árbol. Sentí un tacto extraño en mi mano, algo que no era una piedra o una simple planta.

Miré al costado y ví una figura rectangular posada en una de las raíces que sobresalían del árbol. Un libro.

- ¡Por las barbas de Merlín, mi libro!

Me levanté con el libro en las manos y caminé rumbo de vuelta al castillo.

De nuevo, un rugido resonó por el bosque. Esta vez se escuchaba mucho más cerca.

Me escondí tras unos arbustos al ver una columna de fuego que iluminó todo. A unos metros más adelante se encontraban cinco jaulas enormes ocupadas por dragones.

Dí media vuelta, aún impresionada por lo que acababa de ver, y traté de salir del bosque antes de acabar chamuscada.

☞☞☞

- ¿Has visto a Cedric?

La Hufflepuff solo negó y yo continué por mi camino.

Tampoco le había visto en la comida. Se supone que a esa hora tenian una entrevista con Rita Skeeter, una reportera del Profeta. Necesitaba urgentemente contarle sobre los dragones. Iban a ser parte de la primera prueba del campeonato.

Después de las clases tuve que ir al despacho del director. Un estudiante de primero me dijo que quería verme y que no olvide los caramelos de limón. La última parte no la entendí muy bien. Parece que era un código secreto.

Llegué a la gárgola, se necesitaba una contraseña para entrar.

- Eeehh, ¿caramelos de limón?

La gárgola se hizo a un lado mostrándome unas escaleras de caracol. Por ellas subí hasta una puerta con un cartel donde ponía "Despacho de Dumbledore".
Llamé con mis nudillos golpeando la madera.

- Pase. Oh señorita Blackwood, siéntese.

Le hice caso y me senté en una de las sillas que estaban enfrente de su escritorio, donde él ya estaba sentado.

- Quería pedirle un favor ya que se está adaptando tan bien a Hogwarts.

- Dime en que puedo ayudarle, señor.

El director apoyó sus codos en la mesa y se inclinó hacia delante.

- Ya que tenemos nuevos estudiantes de otros colegios de invitados. He estado pensando en encontrar personas para ayudarles a integrarse este año. Y que mejor que los propios estudiantes de Hogwarts.

Alcé mis cejas en forma de sorpresa y cruzé mis brazos.

- Y adivino que yo seré una de esas personas.