Capitulo 10: Un testigo inesperado

296 27 23
                                    

Habían pasado unos 15 minutos desde que los senpais se fueron. El dolor era soportable, pero ahora mismo no lograba ver nada.

Y verme en la necesidad de pedir ayuda solo me haría ver más patético de lo que estoy.

Escuché los pasos de alguien venir corriendo. Logré escuchar el tono de su voz; se notaba preocupada, incluso logré percibir angustia.

—¡Yoshida-kun!

No, todo menos ella. ¿Por qué Ichinose? No quiero que ella me vea de esta manera.

—¡Yoshida-kun, ¿estás bien?! Escuché a unos de los senpais hablando sobre que golpearon a alguien detrás de los dormitorios, pero me preocupé más cuando mencionaron a un chico con lentes oscuros.

—Yo... lo siento, Ichinose. No quería que me vieras de esta forma.

—¿Pero qué estás diciendo? ¡Mira cómo estás! Estás sangrando de la boca y nariz, tenemos que llevarte con alguien para que te vea.

—¡No! No quiero darles la satisfacción, solo necesito ir a mi cuarto.

—Claro que no, vamos a ir...

—¡Ichinose! —le grité—. Por favor, te lo pido, solo quiero ir a mi cuarto, tengo un botiquín.

—Está bien —respondió un poco consternada.

Ella pasó mi brazo por su espalda y comenzó a ayudarme a caminar. Entramos al vestíbulo; gracias a Kami, no había absolutamente nadie. Subimos al ascensor que nos llevó a mi piso. Ichinose tomó la llave de mi chaqueta y abrió la puerta de mi cuarto. 

Caminamos un poco más y me acostó en mi cama.

—¿Dónde está el botiquín? —me preguntó.

—Yo iré a buscarlo.

Cuando me iba a levantar, Ichinose me tomó de los hombros y me empujó a la cama.

—¡¿Dónde está el botiquín?! —gritó.

—En el baño... —respondí de forma inconsciente.

Ichinose corrió al baño y comenzó a buscar.

Mientras esperaba, el ardor de mis ojos fue calmándose; los lagrimales habían cumplido su función.

—¡Aquí lo tengo! —Ichinose tomó un pañuelo con alcohol y comenzó a pasarlo suavemente por mi cara.

—¡Aahh!

—Lo siento, ¿fui muy brusca?

—No, está bien.

Me senté al borde de la cama e Ichinose copió mi acción; era más cómodo si me curaba de esta manera.

Hubo un silencio total entre nosotros mientras limpiaba mis heridas.

—¿Por qué te sigues metiendo en peleas?

—Yo no fui, ellos me emboscaron por la espalda.

—Aun así, sé que eres fuerte. Entonces, ¿por qué terminaste así?

—Lo siento, Ichinose. Yo me metí en problemas con un amigo; si golpeo a alguien seré expulsado de inmediato.

Al escuchar eso, los hermosos ojos de Ichinose se cubrieron de pequeñas lágrimas.

Creo que soy un idiota, la hice llorar.

Llevé mi mano a su mejilla para tranquilizarla, acaricié su rostro suavemente; es increíble lo hermosa que puede verse bajo la luz adecuada.

—Debería ser yo la que esté preocupada, pero aun herido te sigues preocupando por mí, Yoshida-kun.

—Siempre lo estoy.

Magnum Opus - Classroom of the Elite.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora