Episodio 6: Fantasías

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Me senté en la cama para analizar el panorama.

Tengo tres chicos solo para mí, ninguno parece ser bisexual, por ende, no interactuarían entre sí, lo que significa que yo seré el centro de atención.

¡Perfecto!

—Tú, arrodíllate. —Señalé al sumiso, este cumplió mi orden—. Esperarás allí hasta que yo te diga que puede unirte a nosotros.

El chico asintió, yo me bajé de la cama y caminé hasta el sexy ángel caído.

Pasé mi mano por su tonificado abdomen, descubrí otros de sus tatuajes, subí por sus pectorales y luego le di una pequeña bofetada, llevé mi mano a su cuello donde tenía una fecha tatuada a un costado, lo apreté un poco y lo atraje a mi boca.

Su sabor era dulce, como si en toda la noche no hubiera ingerido alcohol, sino dulces.

Nos devorábamos la boca con lujuria, él muy prudente, no me tocó, pero yo era quien dominaba aquí, llevé mi mano a su miembro por encima de su corto bóxer y me complació notar que, no solo estaba erecto, sino que tenía un buen tamaño.

El chico me tomó de la mano y me dio la vuelta, pegó su erección en mi trasero, mientras besaba mi cuello, sus manos bajaron por mi vientre hasta llegar al punto más sensible de mi cuerpo.

Sin poder evitar, un suspiro se abrió paso a través de mi ser.

El ángel sabía lo que estaba haciendo, por eso me volteé de nuevo y sin pensarlo dos veces le bajé el bóxer.

Su erección quedó libre a mi disposición, metí una de mis manos a mi bota, saque una de las toallitas húmedas y se la pase de forma sensual por todo su tamaño.

Dejé que cayera en el suelo de cualquier forma, rodeé con mi mano su miembro erecto, subí y bajé por todo su tamaño, estimulando aún más su excitación, llevé mi lengua a su rosado y esponjoso glande, la deslicé por su frenillo hasta llegar a la base de este.

El angelito aferró una de sus manos a mi cabeza y la otra a la pared, el chico disfrutaba de mi atención y yo me divertía con su virilidad, sabía que los demás chicos nos observaban y eso me excitaba aún más.

Apreté un poco sus testículos y pasé mi lengua por ellos como premio a su entrega, hice mi camino de vuelta a la cima de su virilidad, dónde una gota salía de su miembro reclamando mi atención

La atrapé gozando de su dulce sabor, luego metí todo su glande a mi boca, llevándolo a lo más profundo de ella, deslicé una de mis manos a mi vagina y acaricié mi clítoris sintiendo la lujuria apoderarse de mí.

El ángel pecaminoso jadeó recostando la cabeza en la puerta, me alegró saber que no estaba sola en la habitación observando el desarrollo de este glorioso encuentro.

Me puse de pie y lo conduje hasta la cama, dónde el chico de ojos verdes me esperaba con el abdomen lleno de su pre-semen.

—Creí que te habías olvidado de mí —comentó con una sonrisa ladina en su cara.

—¿No te gustó la escena que te ofrecí? —pregunté con falsa inocencia, fue a responder, pero le di con mi látigo en las piernas—. Ya no importa.

Saqué un preservativo de mi bota y se lo coloqué en la punta de su erección y lo bajé con mi boca sin quitarle el contacto visual, Max apretaba las manos en la cabecera de la cama.

Desabroché la parte inferior de mi catsuit, subí a horcadas sobre el chico de ojos verdes y deslicé su miembro dentro de mí, con un rápido movimiento.

El ángel caído se instaló frente a mí y comenzó a besarme la boca, mis caderas se movían disfrutando de la fricción que mi cuerpo generaba con el miembro de Max.

Revelaciones Íntimas 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora