Callejón Diagon

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—Bueno, aquí vamos...

Respiré hondo mientras empezaba a tocar los ladrillos que tenía enfrente, tratando de acordarme de las indicaciones de Gyatso. Él me había dicho claramente cuál era el ladrillo que tenía que tocar, pero no lograba recordarlo. Supongo que por eso Gyatso me repitió más o menos diez veces las indicaciones para llegar al callejón Diagon. Siempre dice que jamás pongo atención. Bueno, creo que eso dice, jamás pongo atención.

Así estuve durante varios minutos, tocando todos los ladrillos de la pared, pero ninguno era el indicado. Estaba a punto de rendirme.

—¿Necesitas ayuda?—escuché una voz chillona detrás de mí. Volteé y una chica vestida de rosa con una cola de caballo bastante larga me miraba sonriendo.

—Eh, sí—le respondí sonriendo un poco—. Estoy buscando la entrada al callejón Diagon.

—Oh, ¿tú también vas a Hogwarts?—la chica sonrió aún más emocionada y se acercó a la pared—. Es muy fácil entrar al callejón. Ven, te enseño. ¿Ves ese bote de basura? Son tres ladrillos arriba y dos al costado a partir de ahí. Deberías escribirlo para la próxima.

—Sí, eso haré—la chica tocó un ladrillo y la pared comenzó a estremecerse—. Gracias.

—Es un placer. Soy Ty Lee—me ofreció la mano y se la estreché.

—Aang, el placer es mío—el pasaje al callejón Diagon finalmente se reveló para nosotros y entramos—. Oye, ya que estamos juntos, ¿me podrías ayudar a encontrar mis materiales? Es la primera vez que vengo aquí y suelo perderme con facilidad.

—¡Oh, sí, no hay problema! Ven, sígueme—me tomó de la mano y corrimos por el callejón. No cabía duda que Ty Lee era alguien bastante enérgica.

Primero decidimos ir a comprar nuestras túnicas a la tienda de Madame Malkin. Mientras nos tomaban las medidas, Ty Lee y yo aprovechamos para conocernos mejor.

—Dime, Aang, ¿ya sabes en qué casa quieres estar?—preguntó Ty Lee.

—Bueno, en realidad no he pensado mucho en eso—respondí sinceramente. 

—Sí, pues, a mí realmente no me importa en que casa quede, incluso si lo hiciera en Slytherin—dijo Ty Lee—. Pero entre tú y yo, a mí me encantaría quedarme en Hufflepuff. Todas mis hermanas han estado ahí.

—¿En serio?—pregunté.

—Bueno, Ty Woo quedó en Slytherin, ella fue la única excepción—explicó Ty Lee—. Pero hasta donde sé, toda mi familia ha estado en Hufflepuff, es casi una tradición.

—Ya veo, mis padres también estuvieron en Hufflepuff—mencioné.

—¿Y dónde están, por qué no vinieron contigo?—preguntó Ty Lee curiosa.

—Ellos... están muertos—respondí, realmente no quería hablar del tema.

—Ah, lo siento—dijo Ty Lee avergonzada—. No era mi...

—Está bien, realmente no pienso mucho en eso—le dije—. La verdad es que ni siquiera los conocí, murieron antes de que naciera. Crecí con mi abuelo, Gyatso. Trabaja en el mismo departamento que ellos, en el Departamento de Misterios.

—Guau, ¿en serio?—Ty Lee recuperó el ánimo en un santiamén—. Mi mamá también trabaja ahí, aunque no sé mucho de lo que hacen en ese lugar. Supongo que de ahí viene el nombre.

—Supongo—respondí—. ¿Todos en tu familia trabajan para el Ministerio?

—Mis hermanas y mi mamá sí, pero papá tiene su propio negocio—dijo Ty Lee—. Se dedica a restaurar y vender antigüedades. Se gana un buen dinero, por si te lo preguntabas.

Avatar: Una leyenda en Hogwarts.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora