Día 4 - Feast

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Hambre. 

Shen QingQiu sabía lo que significaba pasar hambre en muchos más sentidos que muchos de sus hermanos marciales quizás nunca entenderían. Carne jugosa y suave, fruta dulce y fresca, pan recién horneado y suave... probaba todo lo que estuviera a su alcance, el salado sabor de pescado condimentado con especias ligeramente picantes, el licor que dejaba un leve ardor al pasar por su garganta o suaves dumplings que al morderlos derramaba su jugoso contenido dentro de su boca. 

- Tsch, no deberías comer demasiado, vas a engordar si sigues así - lo había regañado Qi QingQi. 

- Come despacio, shixiong, parece como si fueran a quitarte la comida - había tratado de bromear Wei QingWei. 

- Que desagradable - se había quejado Liu Qingge. 

- Oh, shixiong, cuidado. Podrías ahogarte - se había preocupado Mu Qingfang.

Era inevitable, cada vez que había alguna especie de festejo en Cang Qiong, cada vez que había un festín... era inevitable que terminará comiendo más de lo que debía. Tenía hambre, una parte de él siempre tenía hambre, un hambre que lo devoraba lentamente desde el interior, un hambre insaciable que lo hacía comer todo lo que tuviera enfrente. Pero ninguna de las personas reunidas en ese lugar lo entendía.

Quizás, sólo una. Una persona que también sufría esa misma hambre, que lo observaba en silencio desde el otro extremo del salón. Shen QingQiu se acercó hasta Yue QingYuan, observó el plato que tenía en sus manos, tenía muchos tipos de comida, todos diferentes, había comido de todo un poco y dejado un poco de ello en su plato en lugar de terminarlo todo. 

Siempre había tenido esa mala costumbre, aunque tuviera hambre, Yue QingYuan siempre dejaba una parte de su plato por la absurda idea de tener que compartir su comida con quien tuviera hambre. Era algo que nunca había cambiado en él, no importaba cuánta hambre tuviera, no podía ver a otros tener hambre. 

- ¿Por qué no terminas de comer? - preguntó, cruzando los brazos.

- Supongo que... simplemente no puedo comerlo todo - respondió Yue QingYuan, tomando algo de fruta entre sus dedos y ofreciendola a Shen QingQiu, aquel gesto, tan nostálgico. 

Shen QingQiu abrió la boca por puro instinto, al igual que el hambre que había sufrido por tantos años, aquel gesto era algo a lo que inevitablemente respondería. Sintió como introducía la fruta, dulce y jugosa, en su boca, el jugo brillante de esta se derramó por sus labios y sintió como un dedo áspero al tacto pasaba alrededor de sus labios para limpiar aquel dulce líquido. 

- Xiao Jiu debería ayudarme - susurró aquella voz, tan molesta, cerca de su oído mientras el dedo permanecía sobre sus labios, presionando. 

- ¿Acaso Zhangmeng shixiong aún tiene hambre? - preguntó Shen QingQiu en un tono burlesco, juguetón, presionando entre sus labios aquel dedo que no se había apartado. 

- Siempre estoy hambriento cuando se trata de Xiao Jiu. 

Deseaba devorar sus labios, sentir el dulce sabor de su boca, probar cada centímetro de la blanca y perfecta piel de la persona que estaba frente a él. Saborear sus gemidos contra su boca, su esencia cuando explotara de placer, disfrutar de cada centímetro de su piel. Tener un festín de Xiao Jiu del cual no pensaba compartir nada con nadie. Era lo único que nunca compartiría. 

Shen QingQiu soltó una suave risa, por fin apartando la mano que estaba en su rostro, sujetando aquella mano que era más grande que la suya, entrelazando sus dedos. Tuvo que ponerse de puntillas para alcanzar los labios con sabor a fruta de la persona frente a él.

- Zhangmeng shixiong está siendo avaricioso esta noche, la gula no es un buen ejemplo para estos otros shidis. 

Aún había otro festín que solo él podía disfrutar. 





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Día 4: Fest/Starvation

Esta vez fue un poco más corto, pero tenía ganas de escribir algo sugestivo sin la necesidad de escribir algo explícito, por alguna razón mientras escribía me dió hambre xD 

El capítulo de mañana será mucho más largo para compensar este (?). Gracias por leer 💚

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