he just comes running over to me

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El ambiente en el estadio era un tumulto de emociones y sonidos. Los gritos resonaban en el aire mientras la hinchada agitaba banderas y cantaban con fervor. Argentina se encontraba en otra final de la Copa América. Era otro capítulo en su búsqueda por el título, otro paso hacia la gloria.

Para Enzo, el cansancio se hacía sentir en cada fibra de su cuerpo, pero eso no lo detenía. Saltaba alentando con sus compañeros. Las emociones de vestir la camiseta albiceleste eran indescriptibles. Cada segundo en la cancha era un privilegio, y dar lo mejor de sí por su país era su única misión. Además, había cumplido uno de sus mayores sueños: jugar junto a Lionel Messi. El haber asistido al capitán en ese partido era una satisfacción que llenaba su corazón.

"Que salen a ganar, quieren salir campeón, que lo llevan adentro, como lo llevo yo" Resonaba el grito unificado del equipo, unidos frente a su gente.

Sin embargo, entre todo el bullicio y la celebración, Enzo no encontraba a Julián. Sabía que no debería preocuparse tanto por el cordobés, pero la conexión que tenían era innegable. Necesitaba su compañía en esos momentos de euforia, quería compartir todo con él. Pero Julián no estaba a la vista, y de repente, el festejo se empañó para Enzo.

"Rodri, ¿viste a Julián?" Le preguntó al oído a su amigo.

"Me dijo que se estaba meando, fue al baño de los vestuarios" Respondió De Paul con una sonrisa cómplice. Enzo fingió demencia ante el gesto.

A pesar del agotamiento físico después de más de 90 minutos de juego intenso, Enzo encontró fuerzas para correr hacia los vestuarios. Sabía que si se demoraba, perdería la oportunidad de encontrarse a solas con Julián.

Al entrar al vestuario, se encontró con el silencio y la soledad. Probablemente, Julián ya estaba de vuelta con sus compañeros. La decepción lo invadió por un momento. Ahora tiene que esperar hasta llegar al hotel para verlo solos los dos. Su ánimo se reflejó en sus piernas, que temblaban ligeramente, recordándole el esfuerzo de cada paso que daba.

Se dejó caer en uno de los bancos del vestuario y cerró los ojos un instante. La alegría llenaba su corazón al recordar que jugaría su primera final de Copa América. Todos los años de sacrificio, las horas de entrenamiento y los momentos de duda, finalmente valían la pena. Sentía que estaba viviendo un sueño, uno del que no quería despertar.

Enzo estaba perdido en sus pensamientos cuando unos pasos resonaron en el vestuario. Levantó la mirada y vio a Julián entrar, con la respiración agitada pero una sonrisa radiante en el rostro. En ese momento, una mezcla de alivio, felicidad y nerviosismo se apoderó de Enzo. Ver a Julián allí, frente a él, le provocó un torbellino de emociones que casi no podía contener. Tenía miedo de explotar en lagrimas.

"¿Viniste corriendo?" Pregunta Enzo riéndose "No te cansas más arañita"

Sin decir una palabra, Julián se acercó a Enzo y le dio un abrazo fuerte. La cercanía de su cuerpo, el aroma familiar que siempre llevaba con él, hizo que el corazón de Enzo latiera con más fuerza. Durante un instante, pareció que el tiempo se detuvo mientras se perdían en el abrazo, compartiendo en silencio todo lo que no podían expresar con palabras en medio del bullicio y la celebración fuera del vestuario. Solo importaban ellos dos.
Sus brazos siempre le envolvían el cuello de la forma más sutil que existe, nadie lo cuidaba así. Cuando sus piernas se envolvían en su cintura, toda su piel arde ante el contacto del cordobés.

Enzo finalmente rompió el abrazo y miró a los ojos de Julián. En ese momento, pudo ver la complicidad y el amor reflejados en ellos, como si cada mirada contara una historia de complicidad y entendimiento mutuo. Julián es todo para Enzo. Enzo es todo para Julián.

Julián sonrió suavemente y asintió, como si entendiera cada pensamiento no dicho de Enzo. No necesitaban palabras para comunicarse en ese instante, quizás nunca las necesitaron. Sabían que estaban juntos en esto, apoyándose mutuamente en cada paso de este gran camino que construyeron a la par desde la pensión de River Plate.

Así, en medio de la euforia y la expectativa de la final por venir, Enzo sintió cómo la cercanía de Julián lo envolvía por completo. Los ojos del cordobés brillaban con complicidad, y la emoción en el aire era palpable. Sin pensarlo dos veces, Enzo se acercó lentamente, sintiendo el corazón latir con fuerza en su pecho. Julián lo recibió con una sonrisa suave que lo volvia loco.

Sus labios se encontraron en un beso cargado de emociones contenidas durante mucho tiempo, Enzo quería hacer esto desde el momento que el silbato del arbitro dio el final al partido. Fue un beso suave pero profundo, donde se entrelazaron los anhelos, las alegrías y las esperanzas compartidas. En ese instante, el mundo exterior pareció desvanecerse mientras ambos se entregaban al momento, ignorando todo lo demás.
Enzo lo tomó por el pelo y Julián soltó un leve suspiro entre sus labios, eso hizo que Enzo deseara poder viajar en el tiempo y estar los dos solos, en esa habitación de hotel que comparten.

Cuando finalmente se separaron, el alivio y la felicidad se reflejaban en sus rostros. Juntaron sus frentes y narices, entendieron que este momento significaba mucho más que la euforia del partido y la anticipación de la final. Era la confirmación de que sus alegrías, se transformaron en una sola. Como si pudiesen fundir dos cuerpos formando uno solo. Dos almas entrelazadas.

"Te amo" Le dice Julián mientras lo abraza por segunda vez "Una más juntos"

HOLAAA!

Regalito porq Argentina está en otra final :) 

Ojalá les guste!

un poquito de amor - enzo y juliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora