Harry Potter Y El Mandaloriano

Capitulo 4

El espacio, descubrió Harry, era un lugar frío, frío oscuro y aparentemente inmenso, diferente a todo lo que alguna vez había conocido.

Hermoso a su manera, pero también aterrador.

Aún más para un niño que nunca había salido de Privet Drive.

Pero lo había hecho, el había ido a Hogwarts

Sentado en una de las ventanas de la nave de Jaster pensó en los ultimos meses, desde el momento en que puso un pie en el planeta, que ahora sabía se llamaba Korda seis, toda su vida había dado un giro de 90°, aunque aclimatarse a un entorno tan diferente había sido aún más fácil de lo que Harry esperaba, y todo gracias al cuidado que todos a su alrededor le propinaban, aunque al inicio le había parecido algo extraño debía admitir que había algo agradable en que la gente a su alrededor se preocupara realmente por el, como si Harry fuera alguien que merecía ser cuidado.

Por supuesto trataba de no decir eso último en vos alta, la última vez que lo había echo Jaster había parecido tan triste y lo último que deseaba Harry era hacerlo sentir mal, aun mas cuando Jaster no había sido nada más que amable con el, lo había cuidado, le había dado ropa nueva y comida, y lo mejor de todo es que jamás se enfadaba, nunca, no importa lo que Harry hiciera el nunca parecía molestarse, como aquella vez en la que Harry derramó por accidente su plato de sopa, si eso hubiera sucedido en casa, tía Petunia lo habría encerrado en su armario sin comer, Jaster por otro lado solo había limpiado su desorden y servido un plato más, todo eso sin dejar de sonreír.

Ahora, seis meses después de su llegada, envuelto en la suave manta que Jango le dio observó con curiosidad el enorme y colorido planeta frente a el, antes de todo esto lo habría creído imposible, cosas como viajar en naves a través del espacio exterior eran esas clases de situaciones que solo sucedian en libros de ciencia ficcion y el las historietas que Dudley disfrutaba leer, pero ahora, casi de manera imposible se había convertido en la nueva realidad de Harry

Aún así y por más extraño que sonará ese no era el primer planeta al que habían llegado, nisiquiera el segundo, poco después de haber sido liberado de las cariñosas e imponentes manos del Baar'ur Jaster había decidido qué Harry necesitaba más experiencia para adaptarse a su nuevo entorno, y así de manera oportuna Harry se vio siendo arrastrado de un planeta a otro en lo que Jango llamaba misiones tamaño Jawa
Nada lo suficientemente grande como para enviarlo a un ataque de pánico por lo diferente de su alrededor solo pequeñas situaciones en las que se encontraba yendo a los pueblos más cercanos que le permitieron un vistazo diferente a la inmensa diversidad tanto de seres como culturas que habitaban esta parte de la galaxia.

En estas pequeñas misiones Harry pudo llegar a comprender de mejor manera a las personas con las que ahora vivía y la manera en que el resto de la población los percibía, notando de inmediato la forma en la que infundian tanto miedo como respeto a todos a su alrededor.

Pero sobre todo notando los susurros que le seguían a su paso, Mercenarios, decían algunos, Asesinos, susurraban otros. Después del cuarto planeta al que fueron por fin entendió que era la armadura la que los diferenciaba del resto y con curiosidad le pregunto a Jango por que entonces simplemente no se la quitaba, por principio Jango no habia dicho nada en el momento en cambio habia esperado una ves estuvieran de regreso en la nave para explicarle a Harry lo que significaba realmente la armadura.

No es solo una armadura Harry, había dicho, representa nuestra cultura, nuestras creencias y aspiraciones, tu armadura representa tu alma

Desde entonces Harry no había vuelto a mencionar quitársela

-¿Todo bien pequeño?.- una mano posada sobre su cabeza lo trajo de vuelta a la realidad, casi de manera instintiva cerro los ojos y se inclinó hacia el suave toque de Jaster, asistiendo con la cabeza regresó su vista al planeta frente a el, Corelia, como le habían dicho que se llamaba.