1. ¡Gol!

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Alexia Sarosi

La manía que tenía siempre de ir corriendo a los sitios, ¿es que acaso no había una sola vez que pudiera llegar temprano a algún sitio? Ni siquiera sabía como tenía el talento de llegar tarde a los lugares. Juro que no era así, pero supongo que todo esto de estar estresada y hacer muchas cosas a la vez me estaba estresando, aunque no quería reconocerlo.

No podía ser que no fuera capaz de hacer muchas cosas a la vez, ese si era un talento que se me daba bastante bien, y menos mal que me había esforzado en seguir escribiendo esas historias, porque si no no estaría logrando lo que estaba logrando.

Qué cosas de la vida, hacía unos meses quería rendirme con todo esto y ahora estaba a nada de publicar mi libro, tenía una maravillosa manager que se había ocupado de todo y me había encontrado algunos castings. Y por si fuera poco tenía un fandom bastante sólido de fans, lo cual agradecía muchísimo, porque en parte todo esto era gracias a ellos.

Suspiré sabiendo que mi mejor amiga me mataría por llegar tarde, 22 años y ya estaba saturada y sintiéndome una anciana, ¿por qué estaba diciendo esto ahora? Una cosa era clara y es que había perdido la cabeza o tal vez lo había hecho hace tiempo.

Pero un poco de locura y valentía siempre venía bien, además, era joven y según mi abuela debía vivir la vida. La pobre estuvo insistiéndome en estudiar y ahora que estaba consiguiendo un poco cumplir mis sueños, había logrado que ella dejara de insistir, ojo, no descartaba la idea de estudiar, pero si lo hacía preferiría que fuera online. Aunque aún debía pensarlo bien y organizar un poco toda mi vida, como si no lo hiciera todos los días (nótese el sarcasmo). No había un día en el que no estuviera organizando algo.

Aumenté un poco más la velocidad, pero paré en seco para ver mi teléfono y vi una notificación de un mensaje en Instagram.

Axel.

Quién lo diría, si le hubieran dicho hace unos años a la pequeña Alexia que se hablaba con sus futbolistas favoritos, estaba segura de que se desmayaría.

Además, era una historia bastante divertida porque estaba hace meses viendo Instagram cuando vi que él había comenzado a seguirme y minutos después a hablarme. Obvio que yo pensé que era una de esas bromas, pero con el tiempo me di cuenta de que no. Además, teníamos la misma nacionalidad y algunas cosas en común, por lo que era muy fácil hablar con él.

"Gracias por desearme suerte, maldita"

Confundida, miré el reloj.

¡Mierda! Hoy era uno de los partidos importantes que tenía el equipo. ¿Cómo se me pudo olvidar algo tan importante como eso? No sabía tanto de fútbol, pero no iba a negar que me gustaba verlo. Aunque no era lindo que estuviera alguien más en el mismo lugar, porque se supone que una dama no podía decir groserías y yo cada vez que veía un partido, las soltaba sin parar.

"Lo siento mucho Axel, tengo tantas cosas en la cabeza que se me olvidó por completo. Ya sabes que estaré viendo el partido sin importar donde esté, tú procura ganar y dedicarme un gol si no es mucha molestia ;)"

Seguí caminando con una pequeña sonrisa viendo el teléfono.

Era divertido hablar con él.

"Estoy seguro de que si no te lo hubiera recordado, lo hubieras olvidado. Así que de nada, cuando nos veamos, me debes una comida"

Volteé los ojos soltando una pequeña risa.

Qué idiota era, que yo sepa no le debía nada, además, siempre decía que vendría a verme, pero nunca lo hacía.

¿Aprender de tus errores o cometerlos una y otra vez? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora