Sus manos seguían en mis caderas, acariciándolas lentamente mientras de una u otra forma buscábamos acercarnos más… tener su cuerpo junto al mío era una experiencia que jamás creí sentir. Su tacto se sentía caliente aun por sobre la ropa, maldita tela que en estos momentos simplemente estorbaba.No tengo ni la menor idea de cómo caminamos por el pasillo y logramos llegar hasta el sillón. Pero realmente estaba agradecida de poder tenerlo sobre mí de aquella manera. Llámenme pervertida, no importa, pero hoy necesitaba de el, quería sentirlo en cuerpo y alma.
Sus manos acariciaban mis costados con mucho cuidado pero a la vez con necesidad mientras que dejaba besos húmedos por mi cuello haciendo que perdiera la cabeza mientras lo hacía para atrás dejándole más espacio. Estaba perdiendo la poca cordura que me quedaba.
Desesperadamente quite su chaqueta dejándola caer a un lado del sillón, siguiendo con su camisa para dejarla solo con sus pantalones. Trague saliva notoriamente mientras observaba su cuerpo.
Era… parecía tallado por dioses, el ejercicio sí que estaba dejando huella en el. Pase lentamente mi mano por su abdomen marcado provocando que se tensara un poco al sentir mi mano tocarlo sin pudor alguno. Escuche como intento ahogar un suspiro, levante mi rostro para encontrarme con sus ojos. Estaban llenos de hambre, de deseo. Estaban oscuros, me hipnotizo más de lo que su cuerpo logro hacerlo.
Me acerque hasta su boca para seguir besándolo, no había vuelta atrás. No quería que se detuviera, a estas alturas nada ni nadie podría detenernos. Regreso sus labios a mi cuello mientras sus manos abrían los botones de mi blusa, dejando mi torso expuesto ante el.
Su mirada quemaba mi piel mientras me observaba, parecía como si el fuera alguna clase de depredador y yo fuera su presa indefensa, una presa que no quería ser salvada. Regreso a mi cuello, pareciera que se había vuelto su lugar favorito. Mis manos jalaban su cabello apretando su cabeza contra mí. Me estaba volviendo loca.
-Te necesito –jadee mientras sentía sus besos en mi cuello – Félix… te necesito –gemí al sentir su lengua en mi piel.
Se detuvo.
Levanto el rostro y me observo. Algo había cambiado, ya no tenía esa mirada hambrienta, ahora estaba lleno de… ¿Miedo? ¿Qué era lo que había paso? Me observo de arriba-abajo y luego se observó a el mismo. Sujeto su cabeza con ambas manos y apretó los ojos mientras tensaba la mandíbula.
-¿Félix? –pregunte temerosa.
No obtuve respuesta.
-¿Félix? ¿Qué pasa? –Seguía en silencio, pero su respiración se volvía irregular – Félix, estas asustándome… dime que pasa –acaricie su mejilla.
Inmediatamente abrió los ojos para mirarme con terror, pero no se apartó. Dejo que mi mano acariciara su mejilla mientras volvía a cerrar los ojos y respiraba fuerte. Acaricie su otra mejilla y el sujeto mis manos con fuerza pero sin llegar a lastimarme. Junte mi frente con la suya y cerré los ojos.
¿Qué había pasado?
-Yo… lo siento –susurro con voz quebrada.
-Felix… no te disculpes –mordí mi labio mientras abría mis ojos para ver su rostro tan cerca.
-Tengo que hacerlo… de verdad lo siento –su mirada se encontró con la mía y sentí como si algo dentro de mí se rompiera, otra vez.
¿Acaso no le gustaba de esta manera como para que estuviera conmigo? ¿El que estuviera embarazada ya se había vuelto algún problema para el? ¿Qué era lo que pasaba? No lo sabía, pero mi mente trabajaba más rápido que mi razón y las lágrimas ya rodaban por mis mejillas antes de que pudiera darme cuenta.
-No, no llores –me abrazo a su cuerpo aun casi desnudo.
-Lo siento, no debí dejarme llevar…. De verdad lo siento –solloce sobre su pecho mientras lo abraza fuerte.
Me separo para poder tomar mi rostro entre sus manos intentando limpiar las lágrimas que caían con sus pulgares. En su mirada aún había miedo, temor, pero también había algo más que no podía descifrar.
-No es tu culpa, yo… solo –trago notoriamente antes de continuar –yo realmente perdí el control –susurro mientras sus mejillas se llenaban de un rojo intenso –No pensaba en nada, no notaba nada… yo simplemente… me deje llevar –paso una de sus manos por su cabello alborotado.
Note como su frente tenia algunas gotas de sudor. Me mordí el labio, se veía tan sexy. Observe su cuerpo mientras el no me miraba, abdomen brillaba por esa pequeña capa de sudor que ambos teníamos por ese momento tan intenso. Más calor entro en mi cuerpo, ¡Dios! Las hormonas están matándome.
-Tengo miedo… de perder el control como… como… antes –susurro golpeándome con la realidad.
-¿Cómo? O sea… ¿Cómo? –repetí la pregunta, de algo me había perdido. Sonrió al ver mi rostro confundido.
-Si no me hubiera detenido… no te hubiera hecho el amor –acaricio mi mejilla sonrojado por lo que había dicho –Yo… simplemente hubiera tenido sexo desenfrenado contigo, sin tener cuidado, solo buscando tu placer y mi placer –ahogue un gemido mientras que sentía calor en otras partes de mi cuerpo.
¿Por qué mierda tuviste que detenerte? ¿No estás viendo como me tienes? Mi mente grito, creo que por primera vez tenia control de mi boca.
-¿Por qué te detuviste? –O tal vez no. Mierda.
-Samy… -me miro directamente, casi podía jurar que el miro mi alma –Quiero hacer el amor contigo, quiero… que sea algo especial… no sexo desenfrenado como si a la mañana siguiente ya no fueras a estar aquí conmigo –junto su frente con la mía –No quiero tratarte como a otra chica más –trague seco.
-Y no va a ser así –susurre intentando besarlo, pero me sostuvo lejos con cierta sutileza provocando que lo mirara feo.
-Además… tengo… tengo miedo –ladee mi cabeza sin entender.
-¿Miedo? ¿Miedo de qué? –Creo que mi voz sonó un poco desesperada.
-No quiero… hacerle daño –acaricio mi pequeño abdomen abultado, me estremecí.
-No lo harás –jadee mientras cerraba los ojos al sentir su caricia.
-¿Cómo lo sabes? –Pregunto –Había perdido el control, estaba a punto de tomarte como una bestia sin control… -cerro los ojos y apretó sus parpados como queriendo borrar alguna imagen de su mente –A veces creo que no soy humano, que en realidad soy algún tipo de monstruo… -había dolor en su voz.
-No vuelvas a decir eso –sus ojos se abrieron de golpe para mirarme curioso, soné demasiado dura al hablar –Confió en ti y sé que te hubieras controlado de alguna manera –sonreí sinceramente.
-No me conoces en ese sentido, no deberías hacerlo –negó con la cabeza.
-Lo hago y ciegamente, confió en ti –asegure –Tanto, que quiero que seas tú la primer persona con quien quiero estar después de… -no termine la frase, simplemente coloque mi mano sobre mi abdomen, esperando que entendiera.
-No quiero hacerte… hacerles daño –me miro suplicante.
-No lo harás… además, según leí, es bueno que las embarazadas también tengan una buena vida sexual activa –sonreí al ver su mirada confusa.
-¿En serio? ¿Cómo sabes eso? –pregunto incrédulo.
-Ya sabes, estuve investigando un poco… El sexo durante el embarazo es bueno, créeme… -le guiñe un ojo.
-Creo que en nuestra próxima consulta con la doctora, preguntare al respecto –susurro más para el mismo, que en respuesta a lo que le había dicho –pero por ahora será mejor… esperar –simplemente asentí.
Mi estómago rugió de una manera ruidosamente, provocando que toda la sangre del cuerpo se me subiera al rostro. Félix se rio de manera divertido contagiándome mientras el se ponía de pie y recogía su camisa para ponérsela rápidamente.
-Creo que por ahora, mejor comemos algo… -sonrió de lado -¿Comida china? –propuso. Mi estómago contesto.
Con otro rugido.
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Caminos Cruzados (riverduccion)
FanfictionSamantha Rivera; 17 años. Tres meses de embarazo, sin hogar, sin trabajo, sin familia y todo porque se equivocó en el amor. La única persona que está en contacto con ella, Sofí. Jose Francisco; 18 años, lo tiene todo. Excepto un amor verdadero. Su f...