airplanes | camren (adaptación)

03. i don't make a sound

—¡Lauren Jauregui, despierte! —gritó el señor Fletcher en el oído de la ojiverde. Lauren levantó su cabeza asustada y miró a su maestro. —Si mi clase le parece tan aburrida cómo para que esté dormida, puede irse ya mismo de ella —señaló a la puerta.

Lauren sabía que su maestro hablaba en serio así que tragó fuerte y tomó su mochila para salir del salón. Verónica, que estaba a su lado, tenía su mano sobre el rostro porque sabía que Lauren había hecho eso precisamente para ir a dirección.

—Y, señorita Jauregui, la espero en dirección —dijo. Lauren, que ya estaba con un pie fuera del aula, sonrió.

Salió y se encaminó a la dirección. Tenía la esperanza de encontrar a Camila allí, así que caminó más rápido. En la sala de recepción se encontró con ésta sentada en una de las sillas haciendo un leve puchero. Tenía encima de sus piernas algunos aviones de papel arrugados y los arreglaba con sus manos.

Lauren caminó hacia ella en silencio y se sentó a su lado. Camila la miró y le sonrió.

—Hola, Lauren.

—Hey, Camila —sonrió y apuntó a los aviones. —¿Qué pasó?
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—Unos chicos vinieron y luego ya estaban en el piso. Le conté a mamá y cuando los arreglé, me senté aquí. ¿Quieres? —preguntó y Lauren asintió sin entender ninguna palabra.

Le tendió un avión a Lauren y la ojiverde lo tomó con cuidado murmurando un gracias. Lauren estaba demasiado confundida con respecto a por qué Camila hablaba de manera extraña.

—¿De dónde eres? —preguntó recordando que Camila había dicho que no entendía aún muy bien el idioma.

Camila se sonrojó y miró hacia los aviones.

—Yo, uhm —suspiró y sacó un lápiz de su bolsillo. Escribió algo en el avión y se lo tendió a Lauren.

¿Puedes hablar con mi madre de esto? es que si te lo digo, sólo vas a enredarte. Mi mamá es la directora.

Lauren leyó y asintió confundida. Camila parecía perturbada y con ganas de querer llorar. Lauren le tomó la mano y entrelazó sus dedos.

—¿Estás bien?

Camila asintió e hizo otro puchero.

—Siento... lo siento, Lauren.

—No pidas disculpas por nada, hablaré con tu mamá y ya.

Camila dejó el puchero y la miró con ojos vidriosos, —Promete no te irás.

Lauren asintió más confundida que antes pero no dijo nada.

—Lo prometo.