12. sirens cut through the night

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Lauren gruñó molesta y empujó el plato de sopa lejos de ella. Odiaba tanto estar enferma pero odiaba más no haber ido a la escuela, ya que no vería a Camila hasta mañana.

El día anterior se había dejado llevar por Taylor y salieron al parque a pasar el rato. Al final del día empezó a llover y llegaron a casa empapadas con un resfriado.

La ojiverde estornudó y se cruzó sus brazos mirando muy mal a Taylor desde el otro lado de la mesa.

—Deja de mirarme así, debes estar un poco agradecida porque te libraste de la escuela —dijo ésta con voz ronca.

Ignorandola, Lauren rodó sus ojos con fastidio y se paró de la mesa yendo fuera de la cocina. Subió a su habitación para dormir un poco.

Se levantó veinte minutos después con su mamá al lado tomándole la temperatura.

—Hey, cariño, lamento si te desperté —ella se excusó y volvió a poner su mano en la frente de Lauren. —Ya no estás ardiendo como en la mañana, pero aún deberías beber el jarabe —alzó su otra mano enseñando el frasco color blanco.

Lauren hizo una mueca de asco, —No, que asco —dijo con la garganta irritada.

—Entonces te seguirás sintiendo peor y tampoco irás a la escuela mañana.

La ojiverde agitó su cabeza, —¡No! —gritó, arrepintiéndose después porque su garganta empezó a doler más. —Quiero ir mañana —susurró con una mano en su garganta y una expresión de dolor.

—Bien —ella abrió frasco y en la pequeña tapa sirvió la cantidad necesaria de la sustancia marrón y se la tendió a su hija. Lauren miró esa cosa con asco y tomó llevándola a su boca rápidamente bebiéndola.

Con el mal sabor después le dio la tapa a su madre. —Voy a morir, mamá.

Ella rió suavemente —No, no lo harás —besó su mejilla y se encaminó a la puerta. —Descansa un poco, te quiero.

—Y yo a ti —dijo antes de verla salir. Se recostó mejor en la cama y cerró sus ojos.

***

Al día siguiente se levantó un poco mejor sin el dolor de garganta. Su madre le dio una sonrisa de autosuficiencia y Lauren pensó que era cierto cuando ella decía que siempre tenía la razón. Tomó su mochila y fue a la escuela después de desayunar.

Verónica estaba en la puerta de entrada como siempre en las mañanas y le sonrió cuando la vio.

—¿Por qué no viniste ayer?

—Estaba un poco enferma —dijo con la voz aún un poco ronca.

—Camila estuvo preguntando por ti ayer. Iba a llevarla a tu casa pero su mamá se la llevó porque tenía algo importante que decirle —se encogió de hombros y ambas entraron a la escuela.

—¿Algo cómo qué? —preguntó confundida.

—No lo sé, ¿lo que una madre directora le dice a su hija?

—Buen chiste —respondió con sarcasmo. —La iré a ver en receso.

—Está bien.

Ambas fueron a la primera clase que les tocaba y Vero suspiró feliz diciendo que las vacaciones navideñas estaban cerca y necesitaba algo como vacaciones permanentes.

***

En la hora del almuerzo, Lauren caminó rápidamente a la dirección encontrando a una Camila aburrida lanzando un avión de papel a la asistente de la directora notablemente fastidiada.

Lauren miró a Camila reír traviesamente y sonrió también. Se acercó a ella ganando la mirada de Camila.

—¡Lauren! —la chica se levantó de la silla y la abrazó. Lauren pasó sus brazos por la cintura de Camila apretándola en un simple abrazo. —¿Por qué ayer no viniste?

—Estaba enferma —murmuró con la voz mucho más ronca por no haber hablado en casi todo el día.

—Te extrañé.

—Yo igual —sonrió. —No quiero hablar mucho, me duele la garganta.

Camila se separó de ella asintiendo y le tomó la mano, llevándola a los asientos. Lauren miró de reojo a la secretaria que respiraba aliviada al dejar de tener la atención de Camila.

—En serio te extrañé mucho —dijo la mayor sin soltar la mano de Lauren.

Lauren suspiró sintiendo como caía lentamente por esa chica.

—Y yo más, Camila.

airplanes | camren (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora