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Los días siguientes fueron algunos de los más extraños en la vida de Yoongi.

Los imbéciles de arriba en su mayoría los dejaron solos después de que les dijera que Jimin todavía estaba cerca de su lecho de muerte; sólo les dejaban comida y agua varias veces al día.

Y el estaba perfectamente satisfecho con eso. De hecho, estaba bastante contento en general, lo cual era... extraño. Sus ataques de pánico se habían ido. Las paredes casi habían dejado de cerrarse sobre él, si no se enfocaba demasiado en ellas. Tal vez se estaba acostumbrando al sótano.

O, más probablemente, tenía algo que ver con el hecho de que pasaba prácticamente todos los momentos de vigilia envuelto en el rubio, a veces de forma muy literal.

La espalda de este se encontraba mejor ahora, pero aún dormía medio encima suyo, con su pesado brazo sobre el pecho de Yoongi de una manera que parecía...no podía encontrar una palabra para describirlo. De cualquier manera, no podía recordarlo. Cuando su mundo era una habitación diminuta y oscura en las profundidades del subsuelo. Era la presencia del otro hombre, su cuerpo, sus manos y su voz lo que lo mantenían cuerdo. Lo único en lo que concentrarse.

Era muy consciente de que estaba desarrollando rápidamente algún tipo de... apego poco saludable, una dependencia que debería haber cortado de raíz. Pero no había nada que pudiera hacer al respecto. No había nada más en este sótano excepto ellos. Sin teléfonos, sin Internet, sin entretenimiento. Sólo ellos, enredados entre sí 24/7. Sus días comenzaron y terminaron con Jimin. Él era lo primero en lo que pensaba cuando se despertaba y lo último antes de dormír.

La falta de privacidad y el contacto físico constante borraron cualquier límite entre ellos, en un grado alarmante.

Ahora todo en este hombre le era reconfortante. Su voz baja, su humor irónico, incluso su olor. Lo cual estaba jodido, porque después de días en este sótano, ninguno de los dos olía objetivamente bien. Aparentemente, el olor del sudor de un hombre puede parecer agradable y reconfortante en las circunstancias correctas o incorrectas. Para su vergüenza, Yoongi se encontró buscando su olor. Cuando este estaba dormido, enterraba su rostro debajo de su brazo, sintiéndose embriagado por su olor especiado y crudo, el aroma sin diluir en su lengua.

No sabía qué pensaba Jimin sobre su apego, si es que lo compartía. No era claustrofóbico como él. No necesitaba que Yoongi fuera su ancla. Pero parecía lo suficientemente contento de estar en todo su espacio personal, tratándolo como su almohada y permitiéndole jugar con su cabello.

No tenía idea si este recordaba todas las tonterías que le había dicho mientras tenía fiebre. Eperaba que no, pero era innegable que el hombre era significativamente... más suave y práctico con él de lo que había sido antes de los azotes. Sus reservas sobre los abrazos ciertamente no parecían verse por ninguna parte, y no dijo nada sobre la nueva propensión de Yoongi a acariciarle el cabello.

Durante esas largas horas en la penumbra, hablaron.

Park le contó un poco sobre su infancia, en su mayoría anécdotas divertidas que no eran demasiado personales pero que insinuaban la infancia solitaria que había tenido, porque nunca hubo amigos en ellas.

Él evitó hablar de la suya. Este todavía pensaba que era Lee Taemin, el novio de Choi Minho, y Yoongi realmente no tenía ganas de inventar historias sobre la infancia del chico. Las historias de su propia infancia realmente no encajarían, porque creció en un entorno diferente al del otro.

Quería decirle a Jimin su verdadero nombre, pero era alguien de palabra. Le había prometido a Minho que interpretaría el papel, así que lo hizo. Después de todo, no se trataba sólo de él; era una cuestión de seguridad de Taemin.

𝙄𝙉𝙎𝙀𝙉𝙎𝙄𝘽𝙇𝙀 - JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora