13.

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Ambos, una vez apaciguadas sus emociones, se encontraban sentados cerca de la pequeña zona de cultivos.

Izuku observaba disimuladamente a la chica a su derecha. Notó su cabello ligeramente desarreglado y las leves ojeras debajo de sus ojos, lo que le dio una leve sospecha de que no lo había pasado muy bien hasta ahora.

Era obvio, cualquiera se sentiría marchito en un lugar así.

Tenía muchas preguntas que hacerle y estaba seguro de que el mismo caso aplicaba a Momo. Esperó unos segundos más antes de tomar la iniciativa.

-Eh... Yao-Yaoyorozu -sus palabras titubeantes hicieron que la mencionada volteara su vista hacia él-, no pensé que... fueras a estar aquí. -Sin duda no fue una buena elección de palabras, pero tenía que comenzar con algo para romper el hielo.

-Te diría lo mismo -respondió con un leve encogimiento de hombros, dando un vistazo rápido a su espada.

La voz poco animosa de la pelinegra provocó que Izuku no supiera qué más decir. Se quedaron callados por unos incómodos segundos.

Yaoyorozu no soportaba más. Rogaba internamente que este encuentro con su compañero de clase significara que ya estaban listos para salir de este mundo, por lo que volteó a mirarlo, lista para hacer la única pregunta importante.

-¿Sabes qué lugar es este? ¿Cómo fue que terminamos aquí? Por más que lo intenté, no logro recordar cómo llegué. Solo desperté y estaba en una zona no muy lejos de este pueblo. Por favor, dime que lo sabes, Midoriya.

Eso era algo que él también desearía saber.

-No, no lo sé. Lo lamento -negó amargamente, sabiendo que aquella pregunta seguiría sin respuesta por un largo tiempo. Suspiró para disipar esos pensamientos y buscar cambiar de tema. Miró por dónde había venido, enfocándose en la torre hecha de rocas-. ¿Tú hiciste eso?

Momo ocultó su tristeza un momento para responderle. Giró su vista para saber de qué hablaba.

-Ah, sí, yo lo hice. ¿Por qué lo preguntas?

-Así fue cómo te encontré, bueno, esta aldea más bien -dijo mientras hacía recuento de lo alta que era-. ¿Llegaste a colocar bloques hasta allá arriba? ¿Cómo pudiste? -mencionó un poco desconcertado.

-Pues, hice dos columnas al mismo tiempo, una para subir y la otra para bajar, así la primera quedaría intacta. Y la flecha fue gracias a que pude hacer una plataforma pequeña en la punta y construirla -explicó con un poco más de ánimo-. ¿Notaste que aquí la gravedad no afecta a casi todos los cubos?

-Sí, lo noté -dijo Midoriya, sin saber qué más responder. Pensando otra cosa qué decir, continuó-: ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Al igual que tú, yo también desperté aquí de la nada. Y, si no me equivoco, llevo aquí unos ocho días.

-...Yo también desperté aquí hace unos ocho días.

Ambos mostraron un rostro de sorpresa.

-¿E-En serio? Entonces, no puede ser una coincidencia. Llegamos aquí el mismo día y por algo en común. ¿Recuerdas algo que hicimos juntos en nuestro mundo antes de llegar acá? -preguntó Midoriya, esperanzado.

-No. Los recuerdos más precisos que tengo son de uno de nuestros días comunes en la UA y los siguientes que tengo son los de estar aquí. -mientras lo decía, veía como su compañero perdía un poco los ánimos. Ella se sentía igual.

El silencio volvió a invadir el ambiente.

Momo comenzó a arreglar un poco su peinado, un tanto perdida en sus pensamientos. Midoriya, por otra parte, sacó una zanahoria de su bolsillo y la llevó a su boca, suspirando ante la crueldad de su suerte de encontrar a un conocido a cambio de perder otro porcentaje de su esperanza.

Pasos sobre cubos | Izuku en minecraftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora