Carlos estampa a Max contra la pared quien le gruñe.
— ¿No entiendes que no quiere verte? Me hace tan feliz saber que recordó todo y ahora te odia — Sonrie burlándose — Desearía que me pida matarte para hacerlo con mucho gusto
— Si me matan, también a el — Lo empuja.
— Se perfectamente que tienen un lazo, pero es cuestión de tiempo para que el rompa el lazo
Max lo golpea pero Carlos se defiende desatando una pelea en medio del jardín hasta que los padres de Sergio aparecen y los separan.
— Vete Max, Sergio no quiere verte, debes entenderlo, después de todo, todo fue tu culpa
Max lo sabía y se odiaba por eso.
Le dolía saber que había causado traumas y miedos en su omega.
Podía sentir su dolor.
Su miedo.
Cansado se termina yendo mientras lágrimas caen.
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Sergio juega con su anillo viendo el techo pensativo cuando recibe una llamada.
Al voltear ve que era Max, pero de nuevo no responde y solo recibe un mensaje de voz.
Solían ser 34 llamadas al día. Muchas de esas eran mensajes de voz.
No sabia si escucharlas, necesitaba escucharlo, lo amaba. Quería sentir su calor.
No había podido dormir bien y el doctor le había dicho que necesitaba a su alfa para que su cachorro se desarrolle normal.
Pero se sobresalta cuando la ventana se rompe dejando ver a Max quien se encontraba adolorido en el suelo con sangre cayendo por su brazos.
Sergio rápidamente se acerca y se asegura que no haya sido tan grabe para después sentarlo en el sofá mientras comienza a curarlo.
— ¿Vas solo a curarme o me hablaras? — Sergio lo ignora. — Se que cometi errores y.....me odio por eso
El rubio se muerde el labio inferior, luchando por contener las lágrimas que amenazan con escaparse.
Siente una punzada en el pecho.
Por un lado, siente el dolor. Por otro, la ira arde dentro de él, deseando poder sacar todas esas emociones reprimidas.
Sin embargo, sabe que no puede hacerlo, pues su amor por Sergio lo mantiene en silencio.
— Ese es el problema contigo, no piensas en el daño que causas, yo — Se acerca demasiado que sus labios rozan — Me dejaste ver lo que realmente eres
— Solo viste eso de mi
— Eso me dejaste ver, nada más — Se aleja poniéndose de pie.
— No, te deje ver que podía amar, que podía amarte, que me importaba tu dolor, pero jamás te importo eso
Max se obliga a mantener la compostura, aunque siente un nudo en la garganta que amenaza con ahogarlo. Sus ojos se llenan de lágrimas, pero se niega a dejarlas caer delante de Sergio.
— ¿Entonces que? ¿Se acabo? — Cuestiona molesto.
— Jamás debimos estar juntos
—....porfavor....te amo, dame una oportunidad, te demostraré que no volveré a lastimarte — Deja que su voz de rompa dejando ver su dolor.
Max se pone de rodillas, con el corazón latiendo desbocado en su pecho. Dejó de lado su orgullo y su egoísmo, dispuesto a mostrar su vulnerabilidad.
Sabía que había lastimado al omega en el pasado, que había cometido errores imperdonables. Sin embargo, no podía soportar la idea de perderlo para siempre.
Sergio lo miró con dolor. Sus ojos reflejaban la tristeza y el dolor que sentía.
— Lo siento. Lo siento tanto — Susurra el rubio, luchando por mantener la compostura. — Sé que cometí errores imperdonables, que te lastimé de formas que ni siquiera puedo empezar a reparar. Pero te amo, más de lo que jamás podrías imaginar. Daría cualquier cosa por una oportunidad de demostrarte que puedo cambiar, que puedo ser el hombre que realmente mereces
— ¿Porque me amas? — Cuestiona — ¿Por culpa?
— Te amo por quien eres, y no me habia dado cuenta hasta que supe que ibas a morir, te amo más que a nadie, más que a mi propia vida
— Necesito pensar — Responde con un nudo en la garganta.
— Por favor — El rubio se acerca y lo besa — Te amo
— Yo también te amo — Acaricia su mejilla — Pero necesito tiempo, solo un poco más, por favor
Max suspira y asiente.
— Siempre voy a amarte aun si decides no quedarte conmigo, pero no voy a rendirme, te amo, no lo olvides
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Max se encontraba sacando su ira en el entrenamiento hasta que Lance lo detiene.
— Max tranquilízate, nadie querrá entrenar contigo si sigues a si, no soy tan fuerte como tu
— No se como hacer que Sergio me perdone, no voy a soportar tenerlo lejos
— ¿Enserió lo amas?
— Por supuesto que lo amo
—......Deberías estar más tranquilo, al menos por ahora, estando molesto no resolverás nada
— No me vengas a dar clases y mejor sigamos entrenando
— Max, te haces daño, se que es tu forma de sacar el dolor pero esta bien llorar
— No voy a seguir tus consejos a si que déjame en paz
Al llegar la noche las dos familias se reunieron en una cena planeada por Fernando y Lance para que sus familias tratase de llevarse bien.
— Yo prefiero discutir que apellido tendrá mi nieto
— Es claro que el de el alfa — Responde Toto.
— ¿Y si es omega?
— Dudo que sea a si, mi hijo tiene buenos genes — Sergio roda los ojos.
— Esa es la decisión de Max y mía, es nuestro cachorro, no el de ustedes
— Sergio tiene razón, somos los padres, no ustedes
— ¿Y si sale omega? — Cuestiona Christian.
— Omega o no, es mi hijo — Responde Max. — Y el decidirá si prefiere esgrima o hockey y simplemente nada
— Creí que ya no estaban juntos — Responde Toto.
— Es mi omega — Sergio sonrie ante el apodo.
Charles entonces se pone de pie llamando la atención de todos.
— Calos yo......te amo, y también me gustaría tener a tus cachorros, seré tu amante si me lo pides — Max se tapa el rostro — Te amo desde que empezamos a tener sexo
Los padres se ven entre sí sorprendidos, entonces Lance también se pone de pie pero Fernando también.
— Lance y yo seremos padres, ¿Verdad amor? — El alfa sonríe orgulloso.
Sergio rie y los padres voltean a ver a Logan y Pato quienes comían mientras veían el chisme.
Pero el reaccionar se ven entre sí.
— Que asco no, prefiero a los omegas
— Yo también, nosotros dos jamás pasara — Sus padres suspiran aliviados.
