Mis ojos no pueden alejarse de ti, eres como un imán, mi corazón se acelera simplemente con verte día a día, no importa que esté asiendo, yo siempre querré verte, hasta el fin de los tiempos.
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Hasta no hace mucho su vida transcurría de forma normal, viajando y conociendo islas, peleando por mis principios y valores; pasaban cosas buenas y cosas malas todo el tiempo, siendo impredecible, aunque no estaba solo, tenía a mis nakamas conmigo, como todo pirata. Al ir avanzando en el viaje las cosas se complicaban, hasta el punto de perder gente importante y conocer a personas que en su momento pensaste que no tenían relevancia alguna.
Nunca pensó que cuando más necesito apoyo él llegara a su auxilio; lo salvo sin razón alguna, sin pedir algo a cambio, esto lo supo después de despertar, definitivamente le agradecería apropiadamente cuando lo viera nuevamente, así le enseño Ace.
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Dos años, dos años transcurrieron y en aquella isla con dos climas total diferentes, en la parte invernal, sus ojos se toparon con aquel hombre nuevamente, su corazón salto de alegría, fue inevitable no ir y llamar su atención.
Estando frente a frente, se tomó el tiempo de observarlo, había cambiado mucho, ya no estaba tan delgado, tenía más musculatura, un rostro más maduro y había cambiado su forma de vestir, físicamente no era el mismo de dos años atrás. Agradeció apropiadamente, claro a su manera, y Torao (como decidió apodarlo) menciono que no era nada y así decidieron tomar caminos diferentes, pero no por mucho tiempo, surgió una alianza y le encanto su respuesta simple, No, no te traicionaré, su intuición decía que lo cumpliría.
Viajaron juntos, las cosas empezaban a cambiar, no sabía por qué, pero le gustaba mirar a Law, ya de fuera cerca o de lejos; cada que lo veía era como ver algo reluciente, le encantaba verlo leer cómodamente, o cuando simplemente estaba sentado haciendo guardia, también le gustaba ver como se llevaba con su tripulación, la convivencia que tenían, esa interacción pacífica y amable. Le gustaba acaparar su atención, así como él solo tenía ojos para Law, quería que Law solo tuviera ojos para él.
Aquí empezó la complejidad de lo que sentía; no era indiferente a saber que era, sabía que era un enamoramiento, más nunca lo había sentido como tal, hasta ahora.
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Se acercaban a su destino, del cual no sabrían si saldrían ilesos, pero él le prometió a Law que no morirían... quien iba a pensar que en Dressrosa cambiarían las cosas. Ver cómo era herido lo dejo atónito, era como si le quitaran un pedazo de su corazón, eso lo hizo enojar, así como eso lo hizo sacar su Haki de conquistador, con tal de protegerlo de las garras de aquel pájaro rosa; de ahí todo se descontroló, hasta lograr la victoria. Si le preguntan, él dirá que lo hizo por ayudar a una amiga, pero en realidad lo hizo por él.
Terminaron malheridos y exhaustos, su cuerpo dolía horrores, algo a lo cual ya se acostumbró, debería estar descansando, pero en vez de eso está al lado de su aliado, mirándolo descansar, observando cada detalle de su rostro, le gusta su nariz perfilada, las ojeras en su rostro, sus labios carnoso y sus pestañas largas; quiere pasar su mano por su rostro y acariciar sus mejillas delicadamente, pero teme despertarlo; se voltea observando el techo de aquella casa, no quiere caer en la tentación por ello decide salir.
Sale y lo que observa es un hermoso campo de girasoles, sonríe, sabe que no debe preocuparse. Con energía renovada sale disparado hasta encontrar un lugar ideal y acostarse mirando la luna. Se pregunta si algún día le podrá decir lo que siente a su aliado, suspira nuevamente.
— ¿Por qué suspiras tanto Mugiwara-ya?
Se sorprende, no sabía cuándo se relajó tanto que dejo de percibir lo que había a su alrededor, quizá es la euforia de la victoria; trata de levantarse, pero la mano de su aliado lo detiene, y así lo tiene a lado de él, muy cerca, chocando sus hombros, pudiendo sentir su aroma masculino y esto lo relaja. Lo relaja tanto que se inclina y se acomoda en su hombro y cierra sus ojos, es cómodo. Esa comodidad le ayuda a no guardar lo que ha estado sintiendo, por eso dice:
— Me gustas, no como un nakama, me gusta verte cuando lees, ver tu ceño fruncido, me gustan muchas cosas de ti, como tus labios, tus ojos como la luna, cada uno de tus defectos, me encanta tu inteligencia, a pesar de que yo arruine muchos de tus planes ‒ guardo silencio y me tomo un momento ‒ solo... simplemente, me gustas.
Después de aquellas palabras, el silencio reina, pero no es incómodo. Escucho una leve risa, eso me sorprende, ya que es la primera vez que lo escucho reír tan abiertamente, abro mis ojos y lo observo detalladamente, guardando en mi memoria este momento.
— Me gustas, de la misma forma que te gusto Luffy-ya ‒ toma mi mano y la lleva a sus labios, ahí deposita un suave beso, que se siente como gloria, mi corazón se acelera y mis mejillas se sienten acaloradas.
— Mi amor por ti me estaba llevando a morir contigo.
Dice mirándome con esos hermosos ojos grises y esa bella sonrisa; mi corazón salta de alegría, y eso se refleja en una gran sonrisa.
Es aquí donde inicia una nueva aventura secreta, una donde este hombre duro y frío es la persona más cursi y romántica en la privacidad de las paredes, pero esta es otra historia.
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Hola buenas noches, un nuevo OS, amanecimos muy soft, y no me quejo. Espero les guste <3
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Se vende amor, dulces y placer
De TodoSerie de mini historias Lawlu para endulzar el corazón y una que otra locura por ahi. Los personajes no son mios, pertenencen a Eiichirō Oda. Las imágenes y vídeos no son mios, créditos a sus respectivos autores.