Aria

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Un nuevo día amanecía en el reino de Iván, y con él, nuevas cabezas decoraban las paredes del palacio, junto a las de la argonian y el caimán. Iván se levantó de su cama con la misma rutina de siempre, pero con una mente que nunca dejaba de maquinar.

Al mirar por la ventana, vio las calles de su reino. Había una calma tensa en el aire, una paz forzada bajo el peso de su gobierno. La gente utilizaba sus móviles, probablemente informando a otros de los recientes acontecimientos y ajustándose a las nuevas normativas. Las mujeres, sin embargo, vestían de manera que Iván consideraba inapropiada, lo que provocó una sonrisa oscura en su rostro, anticipando futuras medidas de control.

(Escuchen esta música :)

Iván llegó a su oficina, encontrándose con un grupo de duquesas ya esperando. Sus rostros mostraban una mezcla de preocupación y determinación. Una de ellas, una indominus rex de escamas blancas, junto una dragona fue la primera en hablar.

"Mi señor, venimos a discutir un asunto de gran importancia para la supervivencia de nuestras razas," comenzó, inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto. "La situación es crítica. Muchas especies están al borde de la extinción, y creemos que usted, con su capacidad única, podría ayudarnos a repoblar nuestras tierras."

Iván se recostó en su asiento, observándolas con interés. "¿Y cuál es su propuesta?" preguntó, su voz cargada de una mezcla de autoridad y curiosidad.

Otras duquesas, unas dos Pokémon de , dieron un paso adelante. "Ofrecemos nuestra lealtad y cooperación total a cambio de su... asistencia. Entendemos que nuestras razas necesitan más que solo recursos; necesitamos crías, y usted puede proporcionarlas."

Iván los miró pensativo, sopesando las implicaciones. Sabía que su rol como rey le otorgaba poder sobre estas decisiones, pero también comprendía que aceptar esta propuesta consolidaría aún más su control. "Muy bien," dijo finalmente.

Con ello, no tardaron en realizarlo. Una vez quedaron embarazadas, la noticia se transmitía al resto de sus especies de manera mágica, lo que permitió la repoblación del mundo. Sin embargo, para la vergüenza de Dios, el tiempo pasaba y el país de Iván IV, apodado Iván el Terrible, se fragmentaba de manera rápida. Parecía inminente una fragmentación total, pero Iván fue implacable en sus métodos para mantener el control.

¡¿Pero donde cojones estoy?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora