Capítulo 3: Preparativos

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Dos años después, en una bodega cerca del País del Fuego

Dentro de una bodega casi en ruinas, un anciano con capucha negra estaba mirando una enorme nave circular delante de él con su único ojo entrecerrado mientras decía:

-Una nave con sigilo, capaz de atravesar cualquier sistema de defensa. La prepare para huir, pero…-

En ese instante, sintió un dolor agonizante en su brazo y la observó con frustración mientras decía:

-Cuanto más me regenero, peor funciona mi cuerpo.-

Se apoyó en su bastón mientras respiraba agitadamente y continuó diciendo con sudor bajando de su rostro:

-No me queda mucho tiempo.-

Dicho esto, comenzó a caminar hacia un extraño umbral que tenía una especie de pared borrosa en su interior y entró en la misma para desaparecer de la bodega en un instante. 

En la dimensión distante

El mismo umbral se podía apreciar en una sala de la base subterránea de Jigen y de este salió el anciano mientras sacudía su cabeza con frustración, diciendo:

-Nunca me acostumbraré a viajar por el espacio-tiempo. Pero hay que hacer sacrificios.-

Miró su mano temblante con ojos serios y continuó su camino hacia el interior de la base.

Un rato después, en un laboratorio de la base

El anciano se encontraba sentado en un dispositivo grande mientras Amado estaba analizando unos datos en un monitor delante de él.

-¿Cómo está mi cuerpo, Amado?- preguntó el anciano con ojos fríos.

Amado sólo observó los datos en el monitor sin decir nada por un rato, hasta que dijo con suma seriedad:

-Disminuyo tu capacidad de regeneración. A este paso no podrás regenerar ninguna parte de tu cuerpo. ¿Qué piensas hacer? Si lo deseas, puedo crearte nuevas partes, pero…-

-No pienso ser tu conejillo de indias de nuevo científico loco. ¿A cuantos diseccionaste hasta ahora?- le dijo el anciano con un tono lleno de desprecio.

-Me ofendes. Únicamente lo hago para cumplir el plan de Kara.- le dijo Amado mientras tomaba café.

-Je, no sé yo.- dijo el anciano con sarcasmo.

Pero en ese momento, sintió algo en su cuerpo y se sujetó la cabeza con dolor mientras Amado se acercó a él diciendo:

-Te encuentras peor por culpa de ese sello maldito. Aunque cambies tu cuerpo, es imposible tratar la causa.-

El anciano lo miró con los dientes apretados por sus palabras, pero Amado continuó diciendo con suma seriedad:

-El sello maldito que usaste para alargarte la vida, te dejó incurable. Es irónico. Si no completamos el plan de Jigen, no vivirás para contarlo. Déjame ver…-

Sin embargo, el anciano lo alejó de un empujón mientras le gritaba con furia:

-¡Cállate! ¡Silencio, Amado! Tú también necesitas el plan para cumplir tus objetivos.-

Amado sólo lo miro con calma mientras decía sin molestarse:

-Es verdad. Eso es lo que conecta a los Inners.-

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