Mansión encantada

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Observé la antigua casa en la que me hospedaría con mis padres.

Mi madre la cual era adicta a las gangas había buscando el lugar más barato.

A pesar de ser antigua estaba muy bien conservada.

Nos atendió un hombre de mediana edad el cual parecía atrapado en el siglo anterior.

- Os mostraré las habitaciones - Dijo inclinándose ligeramente

Mi habitación era amplia , con una cama grande de mantas de seda, un tocador con un espejo y un armario.

Nada mal, aunque tenía cierto aire antiguo.

- Este botón sirve para llamar al servicio - Dijo indicándome una una especie de timbre

El hombre llevo a mis padres a su cuarto, el cual estaba en otra planta.

No había visto a ningún otro huésped desde que entramos...

Comencé a despacar mis cosas restándole importancia

****

La cena fue servida en un gran comedor

Un gran festín nos esperaba, pollo asado, ensalada, una fuente de puré de patatas entre otras esquiciteces.

- Esta noche habrá tormenta - Dijo mi madre observando las nubes

Yo asentí sin prestarle atención en verdad

Estaba demasiado nerviosa, desde hacía rato me sentía observada

- ¿ Quién es el ? - Pregunte señalando el cuadro de un hombre

- Es mi tatarabuelo, Fineas, es el fundador de este lugar, era un mujeriego, se dice que llegó a tener veinte amantes a la vez. Cosa que a su mujer no le agrado, terminó apuñalandolo mientras dormía - Dijo en un tono cómico

*****

Entre en mi cuarto con esa la misma sensación de ser observada, pero lo atribuí al cansancio

Llene la bañera de agua caliente y espuma y me sumergí en ella.

Un trueno y el sonido de una fuerte tormenta resonó

La luz se fue, dejándome a oscuras .

Bufé, y me enrolle en la toalla.

Había algunas velas en mi cuarto, las tomé todas y las encendí.

Me puse una camiseta grande que utilizaba como pijama y mi ropa interior y me tape con las mantas lista para dormir .

No tarde en conciliar el sueño.

*******

Las mantas que me cubrían ya no estaban, y un peso extra estaba en la cama.

Por algún motivo ya no llevaba mis bragas.

Inspeccione la habitación, pero estaba completamente vacía, incluso la puerta estaba bajo llave.

De pronto unas manos separaron mis piernas y sentí humedad .

Una lengua jugueteaba en mi interior, dejé escapar algunos gemidos sin entender nada.

Senti una presión en el clítoris, suaves círculos mientras su boca chupaba y su lengua se paseaba.

- Basta - Dije entre jadeos

Pronto mi espalda se arqueo llena de placer

De repente dejé de sentir el toque de ese ente

Suspiré con tranquilidad

El alivio no duró mucho, porque una lengua invadía mi boca.

No había nada delante de mi, pero podía sentir un cuerpo.

Sus labios eran hábiles, dejándome más húmeda de lo que ya estaba .

El beso terminó, sus manos atraparon mis caderas, sentí como algo se introducía en mi interior sin ningún cuidado.

Grite con fuerza, pero eso no pareció importale porque otra embestida me golpeó.

Podía escuchar gruñidos de placer mientras sus manos movían mis caderas.

Gemidos salían de mis labios, mi vientre se sentía cálido.

Podía sentir esa cosa dura dentro de mi, removiendo mis tripas, moldeandome con su forma.

Me estaba follando con salvajismo .

La cama crujía tanto que tarde o temprano parecía que se iba a romper .

Me aferre a las sabanas mientras me penetraba .

Su boca lamía mis pechos y los mordisqueaba, recorría mi cuello.

Está vez me coloco encima de el.

Comence a montarlo, sintiendo placer cuando su pene se introducía hasta tocar ese punto en mi interior.

Sus jadeos no parecían humanos, seguramente porque el no lo era.

Parecía que se expandía en mi interior, cada vez más grande y duro

Pronto sentí como mi interior se llenaba de algo cálido, y desbordaba mi interior.

La presencia se fue .

La luz de repente iluminó la habitación de nuevo

Mi cuerpo estaba lleno de sudor y temblaba de placer.

*****

El dueño de la mansión soltó unas cuantas carcajadas

- Ohh Fineas, travieso, te encantan las jovencitas -

Dijo mientras le daba a una palanca haciendo que la luz volviera a iluminar la mansión

******

A la noche siguiente me fui a la cama, miré mi ropa interior y me la quité.

Cerré los ojos y pronto unas manos comenzaron a jugar con mis pezones por encima de mi camiseta.

Mi parte inferior se empezó a humedecer y una sonrisa se dibujo en mis labios, serían unas buenas vacaciones...

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