Thérèse llegó a la corte real con un corazón lleno de expectativas y determinación. La grandiosidad del palacio y la elegancia de sus salones la dejaron maravillada mientras era recibida por el personal de la reina Charlotte. Se instaló en una habitación elegante asignada para ella, donde comenzaría su nueva vida como estudiante de ballet bajo el patrocinio real.Los días en la corte se deslizaban entre sesiones de práctica intensiva de ballet y clases magistrales con renombrados maestros. Thérèse se sumergió por completo en su pasión por la danza, dedicando cada momento libre a perfeccionar sus movimientos y expresión artística.
En las tardes, tenía la oportunidad de pasear por los jardines del palacio, donde a veces se encontraba con otros miembros de la corte. Entre ellos, conoció a jóvenes de su edad con intereses similares en el arte y la cultura, formando nuevas amistades que enriquecieron su experiencia.
A lo largo de su estancia en la corte, Thérèse continuaba recibiendo cartas regulares de su familia en Bridgerton House. Las palabras cariñosas de sus hermanos y de Violet le recordaban constantemente el apoyo incondicional que tenía detrás de ella. También escribía cartas largas en respuesta, compartiendo cada logro y desafío que enfrentaba en su camino hacia la maestría en ballet.
Thérèse se encontraba inmersa en la atmósfera vibrante de la corte real, donde cada día traía consigo nuevas oportunidades y desafíos. Con el paso del tiempo, había ganado admiración y respeto entre los miembros de la corte por su dedicación al ballet y su gracia natural en cada movimiento.
Una mañana soleada, Thérèse recibió una invitación especial de la reina Charlotte para asistir al baile de gala más esperado de la temporada. La carta real destacaba su progreso excepcional en el ballet y su contribución al ambiente cultural de la corte, invitándola a celebrar junto a nobles y dignatarios de todo el reino.
Con la ayuda de las damas de la corte, Thérèse seleccionó un vestido espectacular para la ocasión. El diseño elegante resaltaba su figura y reflejaba su estilo refinado, complementado con joyas prestadas del tesoro real que brillaban bajo la luz de las velas.
El salón de baile del palacio real estaba decorado con opulencia, con candelabros dorados que iluminaban la pista de baile. Thérèse se sintió abrumada por la magnificencia del lugar y la emoción que llenaba el aire mientras los invitados conversaban animadamente y la música de la orquesta llenaba el salón.
Durante la velada, Thérèse tuvo la oportunidad de conversar con figuras destacadas de la corte, quienes elogiaron su talento y dedicación al ballet. Entre los invitados se encontraban artistas, músicos y diplomáticos que compartieron su admiración por el arte y la cultura que Thérèse representaba.
Al finalizar el baile, la reina Charlotte se acercó a Theresè con una sonrisa cálida y palabras de elogio por su actuación. "Eres verdaderamente una joya en nuestra corte, Theresè", dijo la reina con sinceridad. "Tu talento y gracia han enriquecido nuestras vidas aquí".
Mientras Thérèse regresaba a su habitación esa noche, reflexionó sobre todo lo que había logrado desde el día en que dejó Bridgerton House. Estaba agradecida por las oportunidades que la corte real le había brindado y emocionada por el futuro incierto que le esperaba, lleno de posibilidades y sueños por cumplir.
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Los Bridgerton: El Secreto de Thérèse
RomanceEn la alta sociedad londinense del siglo XIX, los Bridgerton eran una familia bien conocida por su elegancia, su influencia y, por supuesto, su numerosa prole. Cada temporada social, la familia se presentaba en los salones y bailes, siempre bajo el...