Un Compromiso y la Bienvenida a Aubrey Hall

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La luz del sol matutino entraba a raudales por las ventanas de Bridgerton House, iluminando el salón donde Thérèse, radiante de felicidad, se encontraba junto a Lord Everett. La familia Bridgerton se había reunido para un anuncio importante, y todos esperaban con expectación.

Thérèse, con una sonrisa que no podía ocultar, tomó la mano de Lord Everett y se dirigió a su familia. "Queridos todos, tengo una noticia que compartir. Lord Everett me ha pedido que me case con él, y he aceptado."

Un murmullo de sorpresa y alegría recorrió la sala. Anthony se adelantó y estrechó la mano de Everett, seguido por Kate, que le dio un abrazo cálido.

"Bienvenido a la familia, Lord Everett," dijo Anthony con una sonrisa. "Estamos encantados de tenerte."

"Gracias, Bridgerton. Significa mucho para mí contar con su bendición y su bienvenida," respondió Everett, con sinceridad.

Anthony, con una sonrisa juguetona, miró a Everett. "Así que, Everett, ¿estás listo para formar parte de una familia tan peculiar como la nuestra? Te advierto que no será tarea fácil."

Kate rió suavemente. "No le asustes, Anthony. Everett, no te preocupes, aprenderás a manejar a esta familia en poco tiempo."

Después de las felicitaciones, Violet propuso una idea que hizo que los ojos de todos brillaran con anticipación. "Para celebrar esta maravillosa noticia, creo que es el momento perfecto para llevar a Everett a Aubrey Hall y jugar nuestra partida anual de pall mall. ¿Qué les parece?"

Hubo un coro de asentimientos y exclamaciones de entusiasmo. Aubrey Hall, la casa de campo donde todos los Bridgerton habían nacido y crecido, era un lugar lleno de recuerdos y tradición. La partida de pall mall era una de las más queridas y competitivas tradiciones de la familia.

El viaje a Aubrey Hall fue un evento en sí mismo. Carruajes llenos de risas y conversación se dirigieron al campo, y al llegar, la vista de la majestuosa casa rodeada de verdes prados trajo una ola de nostalgia y emoción a todos. Durante el trayecto, Theresè y Everett se tomaron un momento para conocerse aún más. Sentados en el carruaje, comenzaron a hacer preguntas sencillas pero significativas.

"¿Cuál es su color favorito, Milord?" preguntó Thérèse, sus ojos avellana brillando de curiosidad.

Everett sonrió. "El azul. Siempre me ha recordado la calma del océano y la serenidad del cielo despejado. ¿Cuál es el suyo, señorita Thérèse?"

Thérèse se sonrojó ligeramente y respondió, "Mi color favorito es el morado, ya que desde que se lo copié a Eloise me ha ido gustando más. Al principio también pensé que era el color que más usaba Eloise, por eso me gustaba tanto el supuesto color morado pero en realidad, era el celeste. A veces me siento tonta por no haberlo sabido."

Everett asintió, impresionado. "No se llame así, señorita. El morado es un color hermoso, lleno de profundidad y misterio, como usted."

Thérèse rió y agregó, "A propósito, nunca le he preguntado cuál es su nombre de pila."

Everett sonrió, respondiendo con un toque de formalidad juguetona, "Mi nombre es Henry."

La conversación continuó, con preguntas sobre sus sueños, miedos y recuerdos más preciados. Cada respuesta los acercaba más, construyendo una conexión profunda y sincera.

"¿Cómo era su padre, señorita Thérèse?" preguntó Everett con interés. "Nunca he tenido la oportunidad de escuchar mucho sobre él."

Thérèse lo miró con una sonrisa triste. "Mi padre era un hombre sabio y cariñoso. Murió cuando yo era muy joven, así que mis recuerdos de él son fragmentarios, pero siempre lo recordaremos con amor. Era un hombre que sabía cómo hacer que todos se sintieran especiales."

Los Bridgerton: El Secreto de ThérèseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora