"tiempo"

74 7 5
                                    

Años más tarde...

El tiempo es como un compañero silencioso que me ha acompañado a lo largo de mi vida, marcando el ritmo de mis experiencias y transformaciones más profundas. Recuerdo claramente el dolor abrumador que sentí cuando perdí a mamá, por segunda vez en mi vida pero esa vez con una memoria conciente. Fue un golpe que me hizo tambalear y cuestionar todo lo que creía saber sobre la vida, el dolor y la alegría de mis días.

En ese momento oscuro, ese día, sentí que el mundo se detenía mientras mi corazón se rompía en mil pedazos. Pero el tiempo, implacable, siguió su curso. Aprendí a lidiar con su pérdida día a día, enfrentando la realidad de que nunca volvería a verla pero que ella probablemente lo hacía desde donde sea que estaba, lo único que sabía es que no estaría en el intermedio. Fue un proceso lento y doloroso, pero cada día que pasaba me permitía sanar un poco más.

La muerte me enseñó una lección fundamental: la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento. Me obligó a confrontar mis propios miedos y vulnerabilidades, y a encontrar fuerza en lugares que nunca antes había explorado. A medida que el tiempo avanzaba, descubrí en mí una resiliencia que no sabía que poseía.

Hoy en día, puedo decir que esa pérdida, aunque devastadora en su momento, me ayudó a convertirme en la persona que soy ahora. Me enseñó a apreciar las relaciones y a no dar por sentado el tiempo que tenemos. Me dio una perspectiva más profunda sobre la vida y me motivó a buscar el verdadero significado y la conexión en todo lo que hago.

El tiempo no borra el dolor por completo, pero me ha mostrado que el dolor puede transformarse en fuerza y sabiduría. Cada día que pasa, el recuerdo de esa persona especial vive en mí, recordándome la importancia de vivir con autenticidad y compasión.

TN Pérez Quintanilla. Extracto pagina 4 de "Para Selena, con amor".

------

-Selena! Ven ya mismo aquí, no molestes a tu hermano-

La pelinegra se miraba al espejo del tocador.

-¿Si, mami?- llegó la pequeña con el cabello alborotado

-¿Por qué molestas a tu hermano?-

La pelinegra giro en la silla para ver a la niña de 4 años.

-Es que no juega conmigo- hizo un puchero la menor

-Mi vida, es un bebé, aún no puede jugar... Debemos esperar un poquitito más para que juegue contigo ¿va?-

-Bueno... ¿Cuánto es eso?- la pequeña con sus ojos un poco rasgados miro a su madre o más bien "mami"

-Al menos un mes más- la pelinegra acaricio la mejilla de su hija mayor

-Amore mio- llegó una castaña alta con un bebé en brazos -Dice tu abuelo que ya puedes ir, ya te toca-

-Esas cosas ahora ya no pasan a estas horas-la pelinegra miro a la castaña mientras se ponía de pie

-TN Pérez, eres un peligro en este momento- bromeó la castaña acercándose más a la pelinegra

-Mamma, no entiendo- dijo la pequeña alzando la mirada

-Que bueno, mi vida, no le hagas caso a mami- sonrió la castaña

-TN!- se escuchó la voz de Don Abraham

-Suerte, bella- la castaña dejo un beso en los labios de la pelinegra

La pelinegra se retiró de aquel camarín para caminar hasta el escenario donde estaba lleno de gritos.

-Heeeey yeah- dijo la pelinegra contra el micrófono mientras subía al escenario

Aún estoy aquí (Selena Quintanilla y TN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora