ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1

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Misión del distrito rojo: Aclaración, esto sucede antes de la verdadera misión del distrito rojo que conocemos.

¡Apariencia de Nara Ito en la imagen de arriba! 

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Aquella tarde Uzui había estado buscando como un loco a alguien que lo ayudase en su próxima misión, la cual era adentrarse en el distrito rojo para investigar las extrañas desapariciones que estaban ocurriendo allí.

Fue entonces cuando encontró a su objetivo.

-¡Eyy Sanemi!-. Grito levantando la manos mientras veía a lo lejos al pilar del viento.

-¿Que quieres Uzui? Tengo prisa-. Dijo con su característica seriedad.

-Necesito ayuda en mi próxima misión y creo que tu ayuda me vendría muy bien. Es bien sabido que eres los pilares mas fuertes y estoy seguro que con ayuda de tu intuición lograre lo que busco-. Aquella galante palabrería que el pilar le profesaba al otro extrañó a Sanemi, intuyendo ya que lo que le iba a pedir no le iba a gustar.

-No. Me marcho-. Negó rotundamente sin embargo cuando se dispuso a dar media vuelta Uzui le cogió la muñeca, una vena se le marcó en el cuello. Se estaba empezando a cabrear.

-¡Espera! Nara también estará allí-.

Pocas palabras más hicieron falta para convencer al pilar de unirse a esa misión.

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Nara observaba todo su entorno a través de aquella pequeña ventana, no quería perderse ni un solo detalle, cualquier cosa le podría servir como pista. Llevaba casi una semana en el distrito rojo, mas concretamente en la Casa del Lirio azul, el patrón le había mandado junto a Uzui en aquella misión.

Y el pilar aprovechándose la había "vendido" a aquella casa, que siendo una de las mas famosas por ofrecer a las mujeres mas bellas para el goce y deleite de los mas adinerados no dudaron en aceptarla en su seno. Al ver la belleza de Nara no se pensaron ni un segundo en darle una gran cantidad de dinero al pilar por ella.

Y desde entonces se encontraba encerrada en aquella casa, investigando, haciéndole muchas preguntas al resto de las mujeres que había allí y escapándose por la noche para recorrer el distrito.

En busca de alguna pista que la llevase ante el origen de todas las misteriosas desapariciones que estaban aterrorizando a la gente de allí.

Nara suspiro aburrida, casi siempre durante el día se mantenía en su habitación, solo las dejaban salir 1 vez al día y solo cuando el sol caía ya que la dueña de la casa decía que este podía estropear sus tersas pieles blancas y aquello no les gustaría a sus clientes.

De vez en cuando aprovechaba para hacer algunos ejercicios allí dentro, meditaba, charlaba con su malhumorado cuervo o escribía cartas a sus seres cercanos.

Cualquier cosa valía para sacarla de su aburrimiento.

De repente unos golpecitos sacaron a Nara de su ensoñación, por la puerta apareció Sakura, ella era una de las criadas que servían en la casa del Lirio Azul, no era muy agraciada pero era la que elaboraba los mejores peinados y maquillaba a casi todas las mujeres de allí, por eso la dueña decidió acogerla y darle un trabajo por el resto de su vida, por sus valiosas manos.

-Buenas tardes señorita Nara ¿Qué tal se encuentra? Le he traído el té y algo de comer. Con permiso-. La morena entró en la habitación y el olor a galletas y te inundo la estancia. Nara le sonrió, el estómago le gruñía y aquello le vino de perlas.

-Te he dicho muchas veces ya que me llames por mi nombre Sakura-. Le regaño.

-L-lo siento Nara. Todavía no me acostumbro, aparte si la dueña me escucha llamándola por su nombre seguro que me regañara y me hará limpiar todos los baños de nuevo-. Dijo con pena.

ᴇʟ ᴛᴀᴄᴛᴏ ᴅᴇ ᴛᴜꜱ ᴍᴀɴᴏꜱ 「𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙣𝙤 𝙮𝙖𝙞𝙗𝙖」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora