ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2

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Tras concluir el paseo los 4 se dirigieron hacia la casa, la cual ya estaba bastante animada y muchos hombres no paraban de salir y entrar. La señora le dio la bienvenida a Nara.

-Espero que hayas disfrutado de tu paseo, hoy tienes 1 cliente muy importante. Ha pagado por ti una gran cantidad de dinero así que espero que no nos defraudes y lo satisfagas en todo lo que desee. Sube arriba, Sakura te subirá la cena y te aseara. Llegará en breve-. Informo la mujer mayor con seriedad.

Nara suspiro pesadamente. Aquello era una tortura para ella, no veía el momento de irse de allí y nunca volver.

Minutos mas tarde Sakura le había subido una exquisita cena y mientras se lo comía todo, esta le quitaba el hermoso peinado que le había hecho y la ponía un poco más cómoda.

-Ese hombre con el que hablaste, era muy guapo. ¿De que lo conoces?-. Preguntó chismosa Sakura.

Esta rio ante su pregunta.

-Es un viejo amigo, lo conozco de hace mucho. Espero que algún día venga a verme, tengo muchas cosas que contarle-.

-Si viene a verte, podrías divertirte un poco con él. Parece bien dotado-. Aquellas palabras hicieron que ambas estallaran en carcajadas.

-Puede que si, quien sabe. El cliente de hoy... ¿Lo has visto?-. Pregunto con curiosidad ---

-Solo ha venido un par de veces aquí, tengo entendido que solo es cliente de esta casa y solo pide a las mas exquisitas de las mujeres. Es un hombre bastante atractivo, aunque parece muy serio, tu intenta disfrutar lo que puedas. Quien sabe, quizás hasta te lo pases bien. No siempre vas a poder estar con un hombre guapo que te haga disfrutar-. Le informó.

Nara se mantuvo callada pensando en las palabras que le había dicho, Sakura le coloco un kimono mas fresco y ligero, para que fuera mas fácil de quitar. Le soltó el pelo y preparo el Sake que ofrecían a los clientes.

-Buena suerte, nos vemos mañana-. Sakura se despidió y la dejó sola. En el silencio de aquella habitación solo escuchaba su propio corazón latir con fuerza. Y sin pensarlo mucho saco de su escondite un pequeño frasco con un polvo blanco y lo vertió en el sake.

Aquel relajante se lo dio Shinobu al saber en la misión que se había unido, le informo que con una cucharada de aquel polvo dejaría dormido a quien fuese durante toda la noche.

Así había sobrevivido por las noches en aquel lugar, esperaba a que su cliente se tomase el sake mientras le daba algo de conversación y hacia efecto. La mayoría de veces en unos 15 minutos el hombre ya había caído en un sueño profundo. Y al día siguiente medio atontado y adormilado se iba felizmente a su casa creyendo que había pasado la noche de su vida.

-Con permiso-. Una voz grave se escucho detrás de la puerta y tras abrirse Nara se puso en tensión, tenía todo el cuerpo rígido, observo a aquel hombre, era bastante apuesto, tenia el pelo corto y unos profundos ojos negros, era bastante alto e imponía mucho.

-Buenas noches señor-. Le saludo con una reverencia- Le he preparado un poco de Sake, ¿Le gustaría conversar un rato mientras se lo toma? Puedo hablar de lo que usted quiera, literatura, música... -. Dijo de forma amable.

El hombre, en silencio todo el tiempo se sentó enfrente de ella y observo el sake detenidamente.

-La próxima vez que quieras drogar a alguien asegúrate de que se disuelva antes de que lo tome y con más tiempo-. Aquellas palabras le cayeron a Nara como un balde de agua fría. Por un momento su corazón dejo de latir.

-¿Que? ¿D-de que estas hablando?-. Preguntó nerviosa.

-Si se fija bien puedes ver aun como se disuelve los polvos. Quizás eso te ha servido con otros hombres, pero conmigo no. Soy un hombre muy precavido señorita Nara-. Dijo cruzándose de brazos.

ᴇʟ ᴛᴀᴄᴛᴏ ᴅᴇ ᴛᴜꜱ ᴍᴀɴᴏꜱ 「𝙆𝙞𝙢𝙚𝙩𝙨𝙪 𝙣𝙤 𝙮𝙖𝙞𝙗𝙖」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora