"Recapitulemos... es ocho de septiembre de 2023, viernes por la noche. Diego había salido con algunos amigos, o con alguien, para lo poco que a sus padres le interesa, ¿verdad? Su madre, que no es demasiado amorosa, no sabe si su hijo regresó, asume que lo hizo en algún momento durante la noche, o quizá ni siquiera se molestó en pensar en ello. Su padre, perdido en su puto teléfono, viendo estupideces, tampoco se acordó de Diego, el pobre Diego.
Y se hace el siguiente día, y nadie ve a Diego salir de su cuarto; solo al perro le interesa el paradero de su dueño, el siempre leal Hermes, con su respiración agitada, probablemente ansioso, se acuesta junto a la puerta de la habitación del niño de catorce años, de Diego el desdichado... El día se va desvaneciendo, las horas perecen, y Diego continuó sin salir de su recámara, de hecho, no apareció en todo el día, y a quienes debiera importarles no les interesó en lo absoluto.
Y ustedes, malnacidos, infelices, desgraciados... me dicen que no lo vieron hasta el lunes, porque esa señora que se hace llamar madre fue a despertarlo para que fuera a la escuela, cual portadora de negras palabras. Porque eso sí le da gusto a ella, escupir mandatos, porque no lo llamaba específicamente para llevarle la comida y un jugo, porque no le interesó en lo absoluto que comería su niño durante dos malditos días completos y una noche.
Esa fatídica mañana del once de septiembre al intentar abrir la puerta notó que, extrañamente, está con seguro. Y entonces la maldita se pone a gritar soeces a su hijo quien, del otro lado, guarda silencio sepulcral. Después de un rato intentando abrir la puerta con amenazas homicidas, es finalmente el padre, el otro imbécil de la casa, quien fuerza la puerta para, probablemente, darle una paliza a su hijo.
La puerta se abrió con violencia, con tanta que golpeó la pared, agrietando un poco el concreto. El perro entró velozmente y se abalanzó sobre Diego, lo olfateó, chilló con fuerza, como si le hubieran metido un pinchazo en las costillas, y se fue corriendo con el rabo entre las patas. Entonces la degenerada gritó de horror y se dejó caer sobre sus rodillas y comenzó a llorar, y el otro hijo de las mil putas se acercó a su hijo, notando con terror unos extraños garabatos pintados en la pared, pintados con lo que hoy sabemos que era sangre... Y vio a su hijo con la boca llena de una espuma extraña, los ojos volteados hacia arriba, la piel pálida, las manos manchadas de sangre y desprendiendo un ligero olor cadavérico porque, por supuesto, había muerto la noche del viernes. El pobre, pobre Diego... pobre de amor y, aparentemente, pobre de deseos de vivir...".
—Porque ustedes lo han matado —dijo finalmente el inspector con tanta ira que escupía al hablar. Señalando a David y a Luna con los dedos, retándolos, acusándolos.
—No hemos hecho nada —dijo David, con serenidad.
Luna estaba con la cara hundida entre sus manos, como si no quisiera ser vista, temblando de miedo y de la vergüenza, recordando aquel sangriento escenario, aquel panorama tan...
—Oh, no —dijo el inspector con una sonrisa temblorosa—. No han hecho nada, y lo han hecho todo, le han dado las ganas de morir, y lo han servido al demonio.
El inspector, llamado Arturo Hidalgo, salió de la sala de interrogatorios hecho una completa fiera. Su jefe inmediato, Francisco Sánchez, frenó su marcha apresurada poniéndole una mano sobre el pecho.
—¿Sospechas de ellos? —le preguntó sin mirarlo a los ojos, lo que significaba una cosa, estaba a punto de recibir un sermón.
—No —contestó tajantemente.
—Estos señores han perdido a su hijo, inspector, literalmente lo encontraron sin vida, con la manos manchadas de sangre reseca y la boca espumosa, un escenario que francamente prefiero ni imaginar. Y tú, sin escrúpulo alguno, vienes y les hurgas las yagas inmisericordemente —le quitó la mano del pecho y dio un par de pasos hacia atrás—. ¿Y para qué? Porque hay una explicación racional detrás de este espectáculo tan bochornoso que nos has dado, quiero imaginar que es así.
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El Artífice de Infortunio
Mystery / ThrillerArturo Hidalgo es un inspector de policía encargado de investigar el presunto suicidio de un niño de catorce años, quien ha fallecido en circunstancias particulares. Con el transcurrir de los días, terribles acontecimientos envolveran a un pequeño p...