Lohengrin (Percival x Nasiens)

2

Tras el escándalo del Rey Hada, fue reprendido por su amada esposa por entrar sin tocar a la habitación de su hija. Los hermanos de Nasiens, celosos, no podían ocultar sus sentimientos, mientras que sus hermanas se alegraban al saber que el amor de su hermana era correspondido. Aunque esa manera de saber que su hermana estaba junto a Percival no era la mejor, pero igual estaban felices.

Tristan no podía creer que Percival fuera el primero en perder su virginidad; él mismo aún no se atrevía a dar ese paso y sentía una profunda envidia. No era el único, ya que Lancelot también era virgen, al igual que su mejor amigo. Lancelot maldecía a su amigo de cabellos verdes por haberlo superado en ese aspecto, aunque sabía que no era el momento adecuado, pues no quería arruinar la inocencia de Ginebra.

– sate sate sate – no podía ocultar su sonrisa burlona. Se acercó a su hijo y le da suaves codazos – Percival te ganó a ti y a Lancelot. Hasta algo me dice que se van a casar – no solo quería provocar a esos dos jinetes, sabia que King lo estaba escuchando – vas a poner triste a tú mamá si no llegas a casarte o no le das nieto – finge estar devastado al imaginar a su pobre Elizabeth triste por su hijo en que siga soltero. En realidad, Elizabeth no tenía problemas si tiene nietos o no, el que en realidad quiere nietos, era este.

– mi pobre mami... digo – tose suavemente fingiendo que no dijo eso, pero bien que Lancelot lo escucho– yo me casaré con alguien cuando sea el momento

– Nadie lo quiere, así de simple es la razón del porqué no le va a dar nietos – Lancelot dice la verdad al rey de Liones. Se nota que era el mejor amigo de Tristan.

– ¡Lancelot! ¿¡Acaso no eres mi amigo?!– se acerca de una manera peligrosa a su querido amigo y lo sujeta de los hombros. Sus ojos estaban conteniendo sus lágrimas y se mordía el labio inferior – ¡¿Por qué dices algo tan cruel?!

– lo somos, por eso te digo la verdad y no te miento, agradece, no seas un malagrecido – lo aleja queriendo su espacio.

– Tristan...¿Tan feo te hice para que nadie se fije en ti? – Meliodas mira con lástima a su propio hijo.

El jinete con sangre de las diosas y de los demonios ya no lo soporto, se derrumbó, estaba destrozado por las crueles palabras, era sensible y esos dos lo sabían. ¡Qué grande amigo y padre tenía!

Todos lo que estaban en ese lugar vieron como el pobre jinete estaba en el suelo como si estuviera muerto.

– Meliodas te pasaste, pobre tú hijo – hablo el rey Hada que vio todo en silencio, pero dejó de darle pena al ver como su hija Tioreh se acercaba a Tristan queriendo lo consolar– ¡Tioreh aléjate de ese feo!

El príncipe de Liones se estaba animandose gracias por la hada de cabellos rosas, pero se sintió nuevamente herido por las palabras crueles de King. Sin embargo, recuerda como su hermosa madre le decia que era el más bello de todos. ¿Acaso siempre lo engaño?

– ¡Papá!/¡King! – su hija y esposa lo empezaron a regañar por lo que dijo, no debió de decir nada.

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Los días pasaban volando y la pareja de enamorados estaba pasando tiempo juntos. También pasaban tiempo con sus amigos Anne y Donny.

Al igual que los días, cuatro años habían pasado volando. Ocurrieron bastantes cosas.

Uno de las cosas que ocurrieron es que Tristan se caso con Isolda y dejo de ser virgen el muchacho, que hasta lo celebro a todo pulmón. Siempre lo haya negado, era igual que su padre de pervertido.

Lancelot aún no se casaba y seguía puro ya que Ginebra aún estaba joven para perder su pureza. Aunque ya eran pareja.

Pero la pareja principal en estos cuatro años son, Percival el caballero de la muerte y la Reina de la hadas, Nasiens. Su transformación en mujer se completó al aceptar gobernar el reino de las hadas; su belleza había crecido tanto que incluso las flores del reino sentían envidia. Aparte de eso, el tema principal era que este día era verdaderamente especial.