Elsa estaba en el balcón a la luz de la luna cantando de alegría y dando gracias al cielo porque iba a convertirse en la esposa de su adorado salvador. Se encontraba estaba vez sola y no esperaba visitas luego de haberse ido Lohengrin.
Pero Ortrud toco la puerta y le dijo a Telramund que se escondiera.Elsa abrió la puerta de su recamara y atendió a la mujer.
– Bella Elsa, canta tú que puedes hacerlo, que yo lloro de pena porque me voy desterrada al exilio. ¡Qué desgraciada que soy! ¿Por qué no me muero para dejar de sufrir? Perdóname, bondadosa Elsa. Estoy muy arrepentida. Que seas muy feliz. No te guardo rencor, sólo deseo que me perdones tú que eres tan buena. Adiós para siempre. ¡Ojalá pudieras ayudarme, tú que eres la persona más buena del mundo y la única que tiene un corazón tan grande para hacerlo! – suplicó la malvada Ortrud mientras fingía que lloraba para despertar la piedad de la ingenua y bondadosa doncella.
Elsa sintió una gran compasión por Ortrud. ¡Qué falsos que pueden ser los malvados cuando quieren engañarnos! Conmovida ante las falsas lágrimas de la pérfida mujer dijo:
– No llores más, arrepentida Ortrud. Has hecho mal, pero yo te perdono. Hablaré con todos y les diré que se os permita permanecer en estas tierras, ya que has reconocido tu culpa y manifiestas tu arrepentimiento. Hasta mañana – se despidió la engañada doncella – los invito a mi boda y a que compartan mi felicidad.
– Muchas gracias, querida Elsa. ¡Qué buena que eres! – respondió la falsa. – Como muestra de agradecimiento, quisiera darte un consejo, ya que soy mayor que tú y tengo más experiencia de la vida.
Ortrud lanzara su veneno sobre la mente de Elsa buscando su perdición. Va a sembrar la duda sobre la buena doncella para que haga la pregunta prohibida a su salvador y así ganar ella la partida.
– Lo que te aconsejo es que averigües quién es tu bravo caballero. ¿No te has parado a pensar que quizá no quiera que sepas su origen porque tiene algo que ocultar? ¡Qué pena no poder llamar por su nombre a la persona amada! No te extrañes si algún día te abandona, estimada niña, que estas cosas suelen suceder cuando la doncella desconoce quién es su caballero. ¡Ojalá no te pase a ti, que yo te aprecio mucho! Averigua el nombre y el origen de tu salvador y nada de esto te sucederá.
– Te agradezco tu sincero consejo, pero no lo necesito, que mi caballero no me dejará nunca – contestó Elsa, que ya tenía la duda en su corazón y su alma.
¡Con qué facilidad pueden engañarnos los malvados! ¡Qué mal que va a acabar esta historia!
Telramund, que lo había escuchado todo escondido en la oscuridad de la noche, cambió de humor. Por fin llegaría el día de su venganza con la ayuda involuntaria de Elsa. ¡Cómo reía malvadamente para sí pensando en ese día!…
En tierras lejanas.
Amanece. Tras la boda, el caballero del cisne, que ha sido nombrado Protector de Brabante, debe partir hacia el este al frente de las tropas para luchar contra el invasor.Llega el momento de la boda. Elsa y su caballero están radiantes y todos comparten su alegría. ¿Todos? No… La pareja de villanos, Ortrud y Telramund, esperan ansiosos el momento de la venganza.
" Que rían. Que gocen. Que pronto llegará el momento en que riamos nosotros ante su desgracia", se dicen con la mirada los malvados. El coro nupcial entona un hermoso himno deseando felicidad a los novios.
Por fin están solos e intercambian palabras de amor. Pero la felicidad no es completa. El veneno de Ortrud ha surtido efecto en la confiada Elsa.
"¿Se lo pregunto? ¿No se lo pregunto? ¡Ay! ¿Qué hago? ¿Tendrá razón Ortrud? ¿Me abandonará mi salvador? ¿Por qué no quiere decirme su nombre?"
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Lohengrin (Percival x Nasiens)
RandomAcabo por fin la guerra con Camelot, ahora todo era paz en todo el reino. Nuestros cuatros jinetes del apocalipsis junto a sus amigos pudieron estar en paz y tener una vida tranquila. Aunque lo que no se esperaban es que habrá un reino en problemas...