Bebe gigante

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La noche había sido larga, y después de apoyar a Kenji y consolarlo lo mejor que pudo, Natalia finalmente se dispuso a descansar. Ken tenía un juego importante esa noche, y Natalia, como siempre, estaría allí para apoyarlo desde la multitud en el espacio VIP.

Durante el juego, Ken estaba teniendo dificultades. Los primeros dos strikes no los había atinado, y ahora, peleando contra la presión, Natalia lo observaba preocupada.

—No estalles... Vamos. —murmuró para sí misma al ver a Ken discutir con un compañero de equipo.

Pero, al cambiar de posición y enfocarse, Ken anotó. Natalia saltó de alegría.

—¡Sí! ¡Ese es mi novio! —gritó emocionada.

Sin embargo, su momento de euforia fue interrumpido cuando el reloj empezó a sonar, señalando una alerta de Kaiju. Helicópteros comenzaron a descender del cielo, y de uno de ellos emergió un Kaiju gigantesco.

—¡Mierda... Ken! —gritó Natalia, alarmada. Un asistente rápidamente comenzó a evacuar a las personas VIP a la zona de emergencia.

Mientras Ultraman combatía al Kaiju, Natalia recibió una llamada de Mina, la robot asistente.

—¿Qué está pasando? ¿Mina, él está bien? —preguntó con el corazón en la garganta.

—Estoy bien, amor. —la voz de Ken la calmó momentáneamente.— Voy a casa, no te preocupes. Mina te llevará a salvo.

—De acuerdo, Ken. —respondió Natalia, aunque la llamada se cortó antes de que pudiera decir más.

Mina trajo la moto, y Natalia, poniéndose el casco, se subió y condujo a casa por una ruta segura. Al llegar, entró rápidamente, impaciente.

—Mina, situación actual. —ordenó.

—La FDK está detrás de él. —informó Mina.

—¡¿Qué?! —exclamó Natalia, alterada.

—Al parecer todo está bien. —Mina trató de calmarla.

—Dios, cómo aguantaba estos sustos la mamá de Kenji. —suspiró Natalia.

—Mis datos indican que ha sufrido un ataque junto al Kaiju por parte de la FDK. —continuó Mina.

—Llama ahora. Dios santo, por favor contesta. —dijo Natalia mientras trataba de mantener la calma.

—Ken, ¿estás bien? Mina y yo estamos preocupadas. ¿Ken, estás ahí? —dijo, al borde de las lágrimas.

La señal era muy mala, pero finalmente, Mina pudo detectar que Ken estaba viniendo a casa.

Mi corazón iba a explotar de la angustia, pero contenta de que estuviera bien, no pude evitar llorar.

—Hay que esperarlo abajo. —decidió Natalia.

—Sí, vamos. —asintió Mina.

Corrieron hacia abajo en espera de su llegada. Cuando lo vieron llegar en su forma gigantesca, Natalia sintió un alivio profundo.

—Mina, escaneó de emergencia. —ordenó Natalia mientras veía a Ken entrar.

—Escaneando... —respondió Mina.

—Ken, ¿estás bien? ¿Qué sucedió allá? Dios, sentía que me iba a dar algo si te ocurría algo malo. —dijo Natalia, corriendo hacia él.

—Tranquila, amor, estoy bien, solo con un dolor de cabeza. —dijo Ken, tratando de calmarla.

—Ken, detecto un segundo corazón. —informó Mina.

—¿Qué?... —Natalia miró a Ken, confundida.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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