2. Instagram

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Narra Lamine:

Estoy yendo camino al entrenamiento, hace ya una semana del Clásico y mañana tenemos un partido contra el Sevilla, en este partido espero poder meter gol también, y estoy seguro de que le vamos a ganar porque mi equipo y yo llevamos entrenando mucho, aparte el partido se juega en casa, y no podemos perder en el Camp Nou.

Me llega una notificación de Instagram, desde que fiché en el Barça me llegan muchos mensajes y seguidores, pero ésta me llamo la atención.

Me llega una notificación de Instagram, desde que fiché en el Barça me llegan muchos mensajes y seguidores, pero ésta me llamo la atención

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Layla Ortega... ¿Por qué me suena? Bueno, me gusta su foto de perfil, quizá debería seguirla, pero ahora no, que llego tarde al entrenamiento y Pedri ya me ha amenazado para que llegue a tiempo.

Narra Layla:

—¡Martina devuelveme mi móvil ya mismo!— Estaba persiguiendo a Martina por su casa, me había quitado el móvil y solo llegué a ver que se metía en Instagram antes de que saliera corriendo y empezara a toquitear la pantalla.

—¡Te estoy haciendo un favor!— Se giró y vió que yo corría con un cojín en las manos lista para lanzárselo. —¡Vale, vale, cógelo!— Paró de correr y me lo dió, yo miré a mi móvil y luego a ella y la lancé el cojín de todas formas.

—¡Eh! ¿Y eso a qué a venido?— Recogió el cojín del suelo mientras yo me sentaba en su sofá y miraba a ver que es lo que había hecho.

—Eso por obligarme a hacer ejercicio corriendo detrás de tí— Martina se sentó al lado mío y me miró sonriendo.

—¿Quieres saber lo que he hecho?— Su cara decía que no era nada bueno.

—Estaría bien, sí.—

—He seguido a Lamine Yamal, ahora le sigues.— Soltó sonriendo como un angelito.

—¿¡Que has hecho qué!? ¡Yo no quiero seguir a ese!— Rápidamente entré en el buscador para buscar su usuario y dejar de seguirle.

—¡Espera! Pero él es muy majo, he visto una entrevista que le han hecho, ¿le vas a dejar de seguir solo por jugar el en Barça?—

La miré y suspiré, apagando la pantalla de mi teléfono.

—Está bien, le seguiré, pero como suba fotos feas o no suba nada le dejaré de seguir.— Advertí, señalandola con el dedo.

Ella rió —¿Pero cómo va a subir cosas feas? Si él ya de por sí es guapo, eso es imposible.—

—¿Guapo? Ay madre, no me digas que ya te gusta—

—Que va, a mi me gusta Hector Fort, te dejo a Lamine para tí.— Se levantó y fue a la cocina, yo la perseguí.

—Y dale, que no le quiero, prefiero a Bellingham.— Abrí un armario y cogí un vaso para llenarlo de agua.

—Ese no me gusta para tí.— Puso cara de asco y cogió una bolsa de patatas fritas.

—¿Y Lamine sí?— Levanté una ceja, mirándola mientras bebía agua.

—Pues claro, ya verás, siempre consigo lo que quiero.—

Estuve unas horas más en su casa hasta que eran las diez de la noche y me fuí andando a la mía, no vivíamos muy lejos así que era un paseo corto.

Narra Lamine:

Pedri se había ofrecido a llevarme a mi casa porque yo todavía no soy mayor de edad y tengo que ir andando o en metro.

Mientras conducíamos por un barrio tranquilo, vi a una chica en la acera andando mientras miraba su teléfono, me fijé bien en su cara y resulta que era Layla.

Pedri vió cómo miraba por la ventana hacia la chica y se rió.

—¿Qué miras, Lamine? ¿Te interesa esa chica?—

—¿Qué? No, claro que no... Ni siquiera la conozco.— Contesté avergonzado.

—Eso no es una excusa, existe el amor a primera vista.—

Le ignoré y abrí my teléfono para entrar en inatagram.

Que suerte la mía, tiene la cuenta pública, y ha subido una historia, voy a verla, no creo que se de cuenta de que la he visto

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Que suerte la mía, tiene la cuenta pública, y ha subido una historia, voy a verla, no creo que se de cuenta de que la he visto.

Que suerte la mía, tiene la cuenta pública, y ha subido una historia, voy a verla, no creo que se de cuenta de que la he visto

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Narra Layla:

Llegué a mi casa y lo primero que hice fue ir a darme una ducha, por el camino había pasado bastante frió y necesitaba entrar en calor.

Al salir me puse el pijama y me senté en la cama con el móvil. Entré a ver quién había visto mi historia y casi me da algo.

Entré en Whatsapp y escribi a mi mejor amiga:

-Tía! Tía! Tía!

-¿¡Tres 'tías'!? ¿¡Que há pasado!?

-A que no sabes quién ha visto mi historia...

-Pues no, ¿quien?

-

-¿¡QUÉ!?

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-¿¡QUÉ!?

Tras mandar ese mensaje Martina me llamó y estuvimos hablando hasta las doce.

—Tía, yo me voy a dormir ya, mañana hablamos.— Me despedí y colgue, puse el móvil en la mesita de noche y fui a dormir.

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¿Qué tal el segundo cap?
Esto va pillando forma, quiza pensais que va demasiado rápido, decirme que pensais para mejorarlo.

𝐋𝐚𝐦𝐢𝐧𝐞 𝐘𝐚𝐦𝐚𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora