Un padre que se está dando cuenta de que para educar a un hijo es necesario estar con él.
—¿Hoy tampoco trabajas, papá?
—No, hoy no, me han dado permiso para poder estar contigo aquí, cuidándote.
—¿Y no pueden darte esos permisos cuando estoy bien, cuando no estoy enfermo, para que podamos pasar más tiempo juntos?
Y fue ahí cuando comenzó a dolerle el corazón.
A cuántos besos de distancia está el odio.
No existe el amor sin miedo.
Una chica que debe tener cuidado al juntar los restos de una desilusión porque ahora sabe que se puede cortar con ellos.
Ella me gusta, me gusta mucho. Hasta hace un tiempo no me había fijado en ella como me estoy fijando ahora, no había sentido esas hormigas corriendo por encima de mis brazos cada vez que me mira, cada vez que me sonríe...
Y claro, después de todo lo que me estaba pasando, preferí ser invisible a que viera en lo que me había convertido.
—Todo empezó con los monstruos, bueno con el monstruo, con el primero... —le he dicho.
—¿Monstruos? —me ha preguntado abriendo mucho los ojos.
—Sí, monstruos, muchos, muchísimos, miles. Muchos de ellos siguen aquí, son los que me visitan por la noche y se me meten en el pecho, pues aunque ahora no los pueda ver los sigo sintiendo. No hace falta tenerlos delante para que te hagan daño, de hecho creo que siempre me han hecho más daño cuando no los he tenido delante que cuando sí estaban ahí.
—Pero..., tú sabes que los monstruos no existen, ¿verdad? —me ha dicho mientras me miraba.
—Claro que existen —le he contestado—. Vosotros, los adultos, nos decís que no existen para que no tengamos miedo, pero sabéis que existen, que están en todos lados. Lo que pasa es que no están debajo de la cama, ni los armarios, ni detrás de la cortina.
—¿Ah no? Y entonces, ¿dónde están? —me ha preguntado.
—Pues en muchos sitios: encima de los árboles, detrás de las puertas, caminando por la calle, dentro de los coches esperando que los niños salgan del colegio, sentados en las cafeterías frente al instituto... —Y he empezado a decirle los sitios donde yo los he visto. En realidad, los he visto por todas partes y lo peor de todo es que ellos también me han visto a mí, aunque después no hayan querido mirarme.
Porque cualquiera puede ser hoy normal y mañana un monstruo, incluso tú misma —le he dicho—. Han venido por el día y han entrado por esa puerta, y otros vienen por las noches y se meten en mi cuerpo, esos son los peores porque no los puedo ver... Otras veces me cogen con sus manos invisibles y consiguen que mis brazos y mis piernas comiencen a temblar...
—¿Superpoderes?
—Sí, poderes que en realidad todos tenemos —le he dicho—, siempre hay personas que tienen alguno de los sentidos más desarrollados.
¿Cómo arreglar el castillo de arena ajeno que tú mismo has destrozado?
Pero a pesar de todos esos poderes los monstruos seguían allí, se iban pero volvían de nuevo.
—¿Cuál fue ese poder?
—Soy capaz de hacerme invisible.
—Pero... aún faltan muchas cosas, aún no te he encontrado nada de cuando volé con un dragón.
—¿Con un dragón?
Cuando más ganas tenía de ser invisible era cuando más gente me veía.
Pero justo unos días antes de que ocurriera el accidente me encontré en el parque con alguien que, hace años, también había conseguido ser invisible.
—No eres el único que alguna vez ha sido invisible, hay mucha gente a la que le ocurre lo mismo que a ti, lo que pasa es que en todos lo mantienen en secreto, nadie dice nada —me dijo.
—Mira —me dijo mientras se daba la vuelta y se levantaba el pelo de su nuca—. ¿Sabes lo que es?
—¿Parece la cabeza de un dragón?
—Sí, es un dragón, pero este es un dragón muy especial.
—¿Porque?
—Porque este dragón apareció cuando yo quería desaparecer...
Convertirse en avispa, respirar bajo el agua, ver monstruos, hacerse invisible, volar con un dragón...
Es entonces cuando a ella se lo encoge tanto el corazón que por un momento piensa que ya no va a volver a encontrarlo; cuando comienza a creer también en los monstruos, en los poderes y en los dragones.
Es entonces cuando se da cuenta de que para ser un monstruo no es necesario hacer algo especial, a veces basta con no hacer absolutamente nada.
Nos reímos un buen rato, pero a ella le daba igual, y eso es lo que más me gusta de Kiri, que va a su bola, le importa un pimiento lo que piensen los demás.
Es curioso cómo un pequeño detalle puede cambiarlo todo.
Nos reímos, y vi mil pecas moviéndose por toda su cara.
Contesta él, y a ella también se le acelera el corazón; también le tiemblan los dedos, las pecas y hasta la sonrisa.
Lleva ya mucho tiempo buscando el momento para confesarle lo que siente, para pedirle un beso, una tarde de cine, un abrazo de esos que te dejan sin aliento... pero no se atreve. Llevan tanto tiempo siendo amigos que ahora no sabe cómo cambiar esa situación, no sabe cómo se pasa de la amistad al amor sin estropear lo primero ni cerrar las puertas a lo segundo.
Cada vez que en alguna de sus respuestas me llegaba un corazón yo comenzaba a flotar. Suponía que solo eran eso, dibujos, nada más, iconos que le mandaría a todo el mundo, pero en mi mundo yo me imaginaba que los besos que salían en mi pantalla eran solo para mí.
Prefería tenerla todos los días como amiga a no tenerla.
Solo eso, una sonrisa, aunque viniera sin emoticones, sin besos, sin corazones violetas...
Los que, ante una pelea, solo saben sacar la cámara de su móvil para poder presumir después del momento; la de esos que ante un accidente prefieren hacer de todo menos ayudar; la de aquellos que ante una injusticia giran la cabeza hacia el otro lado, hacia donde no hay nada que ver.
Quizás una de las características más increíbles de un superhéroe es que, en plena lucha contra el mal, incluso habiendo vencido ya a su enemigo, hará lo imposible por salvarlo.
<<O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en el villano>>.
Nada me dolía tanto como cuando nos despedíamos como si fuéramos desconocidos.
ESTÁS LEYENDO
Más Frases de Libros
NezařaditelnéLOS LIBROS SON UN REFUGIO. UN PARAÍSO EN MEDIO DEL CAOS. pd: esta obra contiene extractos recopilados de frases de libros. Todas las frases le pertenecen a los autores/escritores (apoya al escritor leyendo o adquiriendo sus obras en canales o sitio...