Mi propio camino (House of the Dragon Fanfic)

Capítulo 9

Capítulo 9

Alicent estaba furiosa. Viserys había tratado a Rhaenyra como una hija pródiga que volvía a casa, colmándola de regalos y reconociendo abiertamente a Harwin Strong y Laenor Velaryon, llamándolos sus hijos y diciendo que un padre no podía pedir mejores hijos políticos. Y lo hizo frente a toda la maldita corte. Incluso atendió la corte en la sala del trono, con ese pequeño bastardo fruto de una relación impía sentado sobre sus rodillas.

Su furia cuando había visto al bebé de rizos castaños y ojos valyrios sentado en el regazo del rey, vistiendo los mismos colores del rey mientras éste concedía audiencias en la sala del trono, no había tenido límite. Su hijo Daeron tenía la misma edad y el rey nunca había hecho algo así ni con Daeron, ni con Aegon o Aemond. Incluso el hijo bastardo de esa puta era tratado mejor que los suyos.

Y su hija, su hija vestida con un vestido negro que la hacía parecerse a Rhaenyra. Eso había sido un insulto, pero Alicent no había podido decir nada. El negro era el color de la casa Targaryen y el rey incluso había elogiado los dragones verdes bordados en el vestido, diciendo que Rhaenyra era tan dulce que había tomado en cuenta que Helaena también tenía sangre Hightower, honrando ambas líneas de sangre de su hermanita con un vestido tan hermoso, hecho con cara seda lyseni. Pero Alicent lo sabía mejor, Rhaenyra solo se estaba burlando de ella. Había querido quemar el vestido, pero no era ninguna estúpida; Viserys estaría furioso si lo hacía, así que tuvo que aguantarse viendo a su preciosa hija bambolearse con el horrible vestido, que ahora era su favorito, por todos lados en silencio, siempre siguiendo con la vista al pequeño bastardo de Rhaenyra.

Trató de alejarlos, pero el rey mandaba a llamar todo el tiempo a Helaena y a Rhaenyra, disfrutando especialmente de compartir tiempo con sus hijas y siempre estaba con el bastardo también. No le molestaba que el rey prestara atención a su hija, su Helaena lo merecía, pero Rhaenyra y su bastardo no. Además, Rhaenys había llegado de "visita" convenientemente y gravitaba alrededor de Rhaenyra y Jace, vigilándolos como un halcón. Otro tanto con el príncipe canalla, Daemon. La alegría de Viserys al ver y abrazar a su hermano había revuelto el estómago de Alicent.

—Su majestad —una sirvienta llamó a Alicent entrando en la habitación. La reina la miró de mal humor, indicándole que hablara—. La Princesa Rhaenyra se ha puesto de parto.

***

Rhaenyra gritó de frustración, aún no era tiempo. No quería que su Lucerys naciera en este lugar maldito, quería darlo a luz en Harrenhal, rodeada del amor de sus esposos, en un lugar donde se sentía segura, no en este lugar maldito.

—No, no es tiempo aún —le rogó a Rhaenys, quien la hacía acostarse en la cama.

—Uno no decide cuándo ellos vienen, Rhaenyra. Ellos deciden cuándo es el momento, no seas terca.

—Rhaenys, no quiero dar a luz aquí —suplicó.

—Bueno, a tu hijo no le importa mucho. Obviamente, va a nacer aquí, así que coopera y hazlo más fácil para el bebé —le ordenó.