5. esperame y yo te espero (julienzo)

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Julián conoció a Enzo Fernández en un picado entre amigos una tarde lluviosa de invierno después de salir del colegio.

- Ship: Julián Alvarez/Enzo Fernández.

- Tags: AU, friends to lovers, pining, smut, getting together, 5k.

- Comisión #5 escrita para K (Bolets de Montjuïc) 💝


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Julián conoció a Enzo Fernández en un picado entre amigos una tarde lluviosa de invierno después de salir del colegio. El menor era un amigo del amigo de otro amigo que se había enganchado a patear una pelotita en una cancha inundada y llena de barro como cualquier chico lo haría para evitar volver a casa y seguir con sus responsabilidades académicas.

Enzo Fernández de San Martín, que era insoportable y chicanero y Julián lo catalogó de esa forma después de diez minutos compartidos con él en esa canchita alquilada con lo que les había sobrado a todos del almuerzo en el colegio. Enzo Fernández, de sonrisa enorme y pases elegantes, gambetas y pisadas.

Julián tenía dieciséis años y muchas preguntas sobre sí mismo y la vida en general, pero Enzo fue el que levantó una sospecha que nunca había tenido respecto de su persona. ¿Le gustaban los chicos? ¿O era solo ese varón insoportable que no paraba de molestarlo desde que había llegado?

No eran molestias que lo ofendían. Enzo era molesto de una manera completamente inofensiva. Lo molestaba en la cancha, haciéndole caños o no dejando que diera un pase bueno. Lo molestaba tirándolo de la camiseta o marcándolo muy de cerca, sin dejarlo hacer nada. Tenía un perfume fuerte y bien varonil, que quizás era el Paco más trucho comprado en el súper del barrio, pero para Julián era riquísimo y quedó para siempre registrado como el olor de Enzo en su cabeza.

Julián pidió salir cinco minutos para descansar, dejándole el lugar a otro de los pibes. Miró el partido desde atrás del alambrado, jugando con una botella entre sus manos, pero sus ojos solo seguían a Enzo. Tenía el flequillo mojado pegado a la frente y la piel le brillaba por la lluvia. Tenía unos tatuajes bastante cuestionables para tener un año menos que Julián, pero él no era nadie para juzgarlo y creía que le quedaban bastante bien.

—Eu —lo llamó alguien.

Julián pegó un salto cuando encontró a Enzo a su lado, con la camiseta levantada mientras se frotaba la parte inferior de la cara. El cordobés entró en pánico y desvió la mirada cuando vio los abdominales brillantes y bien marcados.

—Pasame un poco de agua —le dijo Enzo cuando terminó de exponer su torso.

Julián miró la botella que todavía tenía en sus manos por largos segundos hasta que su cerebro entendió que tenía que dar la orden de revolearla. Eso hizo y Enzo la atajó en el aire.

Julián trató de no mirarlo mientras tomaba largos tragos de agua, pero le fue imposible. Se sintió completamente cautivado por esa nuez que subía y bajaba en su garganta, por las gotitas que se derramaron por sus comisuras, por los dedos vendados y tatuados que apretaban el plástico viciosamente.

Por primera vez en su vida, Julián se sintió realmente atraído por un completo desconocido y que encima era hombre. Tenía sus sospechas, siempre había mirado un poco de más, pero no como en ese momento. Enzo le gustaba de verdad. Enzo quizás no tenía ninguna de las cualidades que llamarían su atención en nadie, pero en él le parecían perfectas.

Enzo vació la botella y se sentó al lado de Julián para seguir mirando el partido con él. El mayor trató de actuar normal, pero lo ponía un poco nervioso que Enzo se acercara tanto a él para hablarle o mostrarle una jugada preparada que él había propuesto hacer. Sin embargo, era su perfume lo que más lo volvía loco.

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