IGNORANTE

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Ignorancia:
Falta de conocimiento.

Spreen nunca ha estado enamorado, no sabe que se siente estarlo y todo lo que eso conlleva

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Spreen nunca ha estado enamorado, no sabe que se siente estarlo y todo lo que eso conlleva. Es por eso que no puede entender porqué razón su corazón se acelera al ver al chico bajito de ojos verdes y pijama del otro pueblo.

Un día, ocurre un incidente en su local y es entonces que todo empieza a tener sentido.

—Sos un boludo tremendo— Spreen sonríe aguantando la risa, Carrera está lleno de plumas de pollo y lodo

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—Sos un boludo tremendo— Spreen sonríe aguantando la risa, Carrera está lleno de plumas de pollo y lodo.

—Déjame en paz, yo sé lo que hago— nuevamente tomó la cuerda e intentó atar a uno de los muchos pollos del lugar, este mismo al verse amenazado empezó a agitarse y lanzar picotazos a diestra y siniestra, atinando algunos en Carrera.

El pollo lo perseguía y el petiso corría lo más rápido posible, en algún punto volvió a resbalar y caer en el lodo otra vez, solo cuando esto sucedió el pollo que lo seguía quedó completamente satisfecho y se marchó a algún otro lado. Carrera se puso rojo de la vergüenza, se sentó en su lugar y miró su preciada pijama con tristeza, era su atuendo favorito y ahora estaba arruinado por el barro y las plumas.

—Pollo de mierda.

Spreen se dirigió al de ojos esmeralda y lo ayudó a levantarse, sin embargo el petiso mantenía su mirada fija en el suelo y el alto no pudo evitar preocuparse por ello.

—¿Todo bien?

Intentó mirar el rostro del castaño, pero este simplemente corrió su mirada a otro lado, evitando al alto.

—Mírame.

Carrera volteó su rostro al azabache, la vista del castaño en ese momento hizo que el corazón de Spreen diera un vuelco y se apretara contra su pecho. Los ojos verdes llenos de lágrimas queriendo salir y las mejillas rojas y algo sucias enternecieron al alto.

—No es para tanto boludo, vení. Vamos a que te limpies y te cambies esa ropa.

Aunque algo bruscas, las palabras del híbrido intentaron consolarlo. Carrera sorbio su nariz y se intentó limpiar la cara y las lagrimas con las mangas de su pijama.

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