Walter Duncan murió durante la guerra de 1942, aún así su alma no traspasó la siguiente vida sino que se quedó aquí, en la tierra. Ahora él había reencarnado en otro cuerpo, en otro tiempo y en otro lugar. El guía que se le fue asignado le explico q...
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Me gustaría haberle dicho que todo iba a estar bien, que las cosas cambiarían y que no tenía que darlo todo por perdido, pero yo no era un vidente y tampoco poseía la verdad absoluta, mucho menos tenía los ánimos para ser optimista. Solo le permití desahogarse y llorar cuanto quisiera. En sus lágrimas conservaba la tristeza que apenaba a su espíritu desfallecido, y al expulsarlas de su cuerpo pequeños fragmentos de tristeza lo abandonaban, pero Jimin era un mundo y las lágrimas eran el océano entero, aún le quedaba mucho para llorar.
— L-lo lamento yo...
— No, no. Esta bien, no tienes porque disculparte — dije, pues el joven ya había notado que se estaba quedando dormido sobre mi pecho.
— Igual me disculpare por haberte llamado tan de repente. Seguro estabas muy ocupado — contesto secando sus lágrimas.
— Eso no importa — negué con mi cabeza —, sabes que puedes contar conmigo — dije intentando sonreír, pero no salían las sonrisas.
— Gracias... — habló — por todo...pero si te soy sincero no se que hacer. Siento que debería ir a un bar y embriagarme hasta que ya no pueda reconocer ni a mi propia alma, o perderme para siempre entre toda esta oscuridad.
— ¿Dónde está tu padre?
— Esta en el hospital.
— ¿Tú madre esta con él?
— Así es — suspiro.
— Entonces tú tienes que estar con ella, debes estar fuerte para ella. Si ya no lo soportas más entonces llora conmigo, pero no te rebajes al alcohol ni elijas tampoco perderte, es ahora cuando más tu familia te necesita. Confío en que podrás con ello, lo veo en tus ojos — mencioné contemplando sus párpados caídos y sus pupilas sin brillo, las cuales a pesar de todos los males conservaban una llama interna qué no se apagaba ni con el más despiadado viento.
— A veces quisiera poder con todo Jungkook, pero me es tan difícil...más cuando me toca elegir mi siguiente paso — pronunció apartando su vista de mi, observando ahora hacia el cielo taciturno —. Agradezco el obsequio que me diste, pero ya no puedo utilizarlo en la academia, así que te lo devolveré.
— ¿Pero porque? ¿Qué dices?
— Ahora que mi padre enfermo ya no puede trabajar más. Yo necesito buscar un empleo para poder ayudarlos con los gastos, y para eso tengo que dejar todo lo que era, incluso la academia.
La luz clara de la luna me permitió observar el momento en que dos lágrimas delgadas se deslizaron por las mejillas de Jimin, y sentí ganas de sollozar de igual manera. Él era otra persona que tenía que abandonar sus sueños por un bien mayor o por un acontecimiento inesperado, y eso me estaba haciendo revivir el pasado porque pensé que él si lograría lo que yo no pude.
— Antes de dejarla me gustaría que me acompañaras una vez más, quiero que toques la guitarra para mi, ¿puedes hacerlo?
— Claro — le sonreí y él también lo intento. Formando entonces una sonrisa de labios con sus mejillas coloradas —. Oh tengo el video que grabe de tu presentación — mencioné extrayendo mi teléfono del bolsillo para cambiar de tema y distraerlo.
