Capítulo 1

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Branch se encontraba sentada en su cama leyendo el libro de Romeo y Julieta. La chica siempre había sido gran fan de las historias de amor y anhelaba algún día llegar a vivir una, aunque lo consideraba complicado teniendo en cuenta que los únicos hombres que para ella valían la pena eran aquellos que encontraba entre las páginas de sus múltiples libros.

Encontrar el amor a su edad le parecía un chiste de mal gracia ya que consideraba a la mayoría de los chicos de su edad como personas sin cerebro y sin interés en encontrar el verdadero amor que pensaban únicamente con la cabeza que tenían entre las piernas.

Branch sintió algo rozar su pierna y al desviar la mirada de su libro se encontró con su gato gris, Gary. La chica sonrió levemente mientras acariciaba a su mascota, quien se acomodo en su estómago para dormir.

Branch trató de volverse a concentrar en su lectura pero se le estaba haciendo la actividad más complicada del mundo. Soltó un pequeño grito de frustración al darse cuenta de que seguía sin poder avanzar de la misma línea del mismo párrafo que llevaba tratando de leer por varios minutos. Le estaba siendo imposible concentrarse debido a la fuerte música que provenía del exterior de su ventana.

Harta de la situación, Branch movió con delicadeza a Gary de su regazo y se paró de su cama para dirigirse a la ventana. Al abrirla, inhalo profundamente y soltó un fuerte grito, esperando que la causa de su desconcentracion pudiese oírla.

—¡Poppy!

Al pasar unos minutos y notando que había sido ignorada, Branch volvió a gritar ese nombre que tanto odiaba.

—¡Maldición Poppy te estoy hablando!

Finalmente, de la ventana de la casa de al lado, se asomo un chico sonriendo muy alegremente.

—Hola, Branch ¿Qué sucede?

—Sucede que son las once de la noche y quiero relajarme en mi habitación pero me es imposible debido a que ALGUIEN tiene la música a todo volumen sin importarle el bienestar auditivo del vecindario.

Poppy soltó una pequeña risa.—Lo siento, pero no veo a nadie más quejarse al respecto. Así que no veo ningún inconveniente con el volumen de mi música.—Dijo encogiéndose de hombros.

Con un suspiro de resignación, Branch le dijo con un tono de molestia en su voz.—¿Podrías por favor bajarle volumen a la música? Estoy tratando de leer.

Poppy seguía sin borrar la sonrisa del rostro. El chico alzó una ceja mientras la miraba de forma desafiante.—De verdad que quisiera ayudarte, pero me partiría el corazón arruinarle la diversión a los demás, aunque...podría considerar bajar el volumen de la música con una condición.

Branch lo miró con odio en su mirada y girando los ojos le respondió.—¿Qué condición?

La sonrisa en el rostro de Poppy se hizo más grande.—Que te nos unas a la fiesta aunque sea por unos minutos.

—Olvídalo.

—Entonces olvídate de poder leer tu tan maravilloso libro. Buenas noches Branch.—Poppy respondió mientras se adentraba en su habitación y dejaba de estar a la vista de la chica.

Branch apretó firmemente su mandíbula, cansada de la actitud de su vecino y cerró con fuerza su ventana al darse cuenta de que Poppy había aumentado el volumen de la música.

¿A quién se le ocurre hacer una maldita fiesta entre semana sabiendo que al otro día hay clases? Solo al idiota de Poppy Kendrick.

La chica negó con la cabeza mientras buscaba sus auriculares. Tenía que irse a dormir si quería descansar bien para el día de mañana. Resignada a tener que posponer el terminar su lectura otro día, se dirigió a la cama y cerró los ojos para dormirse.

Intercambio de VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora